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-Oh, te ves muy enérgico Helgem. ¿Has cuidado a tu madre mientras no estaba?.

La voz del hombre era cálida y confiada cuando dejo salir su voz.

-¡Por supuesto!.

Helgem respondió con la misma energía mientras permitía que le sacudieran el cabello. Al principio esto no le gustaba porque le dejaba echo un desastre, pero finalmente se termino acostumbrado, incluso lo llego a encontrar divertido.

-Esta bien, deja ya su cabeza. No quiero que mi hijo quede calvo tan joven.

Una voz dulce y juguetona atrajo la mirada del hombre haciendo que este se detuviera.

-Jajajaja, eso no sucederá. Si hay algo de lo que debo enorgullecerme a demás de ustedes, es en mis excelentes raices. Incluso mi padre a una edad avanzada gozaba de una excelente cabellera. Es la envidia de todas las damas.

Como si recordara algo gracioso una gran sonrisa de formo en el rostro del hombre. La mujer pareció recordar lo mismo, lo que le obligo a poner su propia sonrisa, solo que esta se baso en un sentimiento conflictivo cuando la imagen de otro hombre diferente reemplazo, uno totalmente calvo,. "¿Debería preocuparme?", se pregunto internamente.

Ambos se conocían tan bien que solo basto una mirada para que se percatara de sus pensamientos, pero aun sabiéndolo, el hombre no dijo nada. "¿No sera un problema verdad?", aunque confiaba en los buenos genes de su padre, incluso él no pudo sentir una pisca de duda al recordar esa superficie brillante y liza.

-Pfff

Ambos lo miraron con preocupación expectante.

Quieran o no, les fue imposible no vislumbrar a su hijo de aquí a unos años, dos imágenes diferentes aparecieron. Uno donde gozaba de un hermoso cabello, en la otra, una planicie totalmente árida baja el sol...Aunque esto ultimo les genero algo de malestar, al final les gano la graciosa imagen de ver a su hijo sonreírles mientras los llamaba cálidamente "Padres", el brillo de sus dientes y su cabeza los cegó haciendo que sea inevitable que se les escapara una risa.

Helgem fue inconsciente de los pensamientos que tuvieron sobre su futuro, tan solo pudo verlos mirarlo con algo de preocupación para después soltar una pequeña risa contenida mientras apartaban la mirada de él.

Fue entonces que sintió un pequeño hormigueo en su cabeza, o no, "¿Lo abre imaginado?", pensó brevemente. Incapaz de comprender que pensaban sus padres, el solo rio junto a ellos, aunque no sabia que era lo gracioso.

Ambos se sintieron algo culpables al verlo reír de forma inocente, por lo que fingieron una toz y pactaron en secreto dejar de lado este tema por ahora. Al menos durante unos cuantos años no tendrían que preocuparse por ello. Eso esperaban.

-Ejmm, entonces, ¿Están listos?. Tenemos que marchar cuanto antes si queremos tener suficiente tiempo en la ciudad. Helgem, te confió que muevas las cosas a la carreta, tengo que hablar un momento con tu madre de algo. No tardaremos.

Aunque sintió curiosidad al respecto, Helgem asintió a las palabras de su padre y comenzo a moverse.

Ambos vieron a su hijo tomar una caja con una sonrisa, y solo cuando este salió es que se miraron entre si. Las sonrisas en sus rostros desaparecieron, el ambiente paso de ser familiar a uno totalmente serio.

-Alaya, cariño. Creo que es tiempo de hablar sobre ello.

Alaya miro a su pareja a quien amaba profundamente, ella asintió y se movieron hacia una habitación apartada de la casa. Una vez dentro el ambiente cambio una vez mas.

..

.

-¿Estas seguro?

Pregunto Alaya, su voz se mostraba algo preocupada, incluso hubo algo de tristeza mesclada.

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