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Desde joven Keila paso por innumerables penurias, vio a sus cercanos morir e incluso comió de sus restos con tal de sobrevivir cuando aun era una [No favorecida]. Además, día a día tuvo que lidiar con la debilidad de su cuerpo y el dolor de tener sus entrañas devoradas por parásitos internos. 

La muerte pudo haber sido la calma que ella necesitaba en ese momento, pero resistió, lucho contra este destino por no infligirle mas dolor a su padre biológico a cuestas del suyo, que por su bien igualmente dio batalla contra tal miserable vida.

A tan corta edad una joven niña como ella paso por tanto, no era la única por supuesto. Los [No favorecidos] en general tuvieron que acarrear tal maldición impuesta por el mundo y su gente. 

"No pienses en nada mas, no tienes ese derecho, solo muere en la miseria que te ha tocado"

Fue gracioso, incluso irónico, pero en sus delirios creyó haber escuchado tales palabras crueles que provenían del mundo. Pero no pudo pensar sobre ello, no tuvo el privilegio. 

Fue entonces que el Profesor llego a su vida y la cambio. Dejo todo eso en el pasado, pero no olvido.

Su mundo, su realidad fue transformada, una puerta se le abrió y le permitió entrar en un lugar al que ningún mortal o trascendente pudo soñar jamás. Para encontrarse.

Al principio no pudo entender cuan grande fue esta oportunidad que se le fue otorgada, ¿destino?, ¿suerte?. ¿Fue su miseria recompensada finalmente?.

¿Qué la hizo diferente al resto para recibir tal derecho?.

No tenia la respuesta a dicha pregunta. Pero no la necesito, al final lo comprendería instintivamente con el pasar del tiempo. Aunque puede que en verdad nunca lo haga.

Profesor.

[Sistema IA].

[Padre].

Estas fueron las formas a las que se refirieron a él, todas fueron correctas, pero incorrectas tambien. Al final, la verdad, su verdadero ser era algo que solo unos pocos pudieron ver o saber. Siendo ella la primera en su tipo en poder apreciarlo, aunque solo fuera una ínfima parte del mismo.

Pero eso fue suficiente.

"Elige"

El poder vislumbrar un poco de la verdad, de su real existencia era todo lo que necesito para que se le otorgara la mayor de todas las posibilidades, la de elegir un [Derecho]. 

Fue como presentarse ante el rey y el absoluto de todo para decirle aquello que mas deseaba, entonces, este se cumpliría. Porque tenia el poder, era capaz de hacerlo realidad.

Pero lo que se encontro frente a sus ojos, esa figura que vislumbro, no fue humana. No era incluso algo que entraba en la categoría de "ser vivo". Tampoco una "cosa", es...difícil de explicar con palabras, ya que estas no existen. Se han olvidado.

Como la estructura interna que conforma una maquina, los engranajes y partes que compusieron el todo se expandieron en la infinita oscuridad, donde las fauces de incontables bestias desconocidas roian el metal oxidado con sus dientes, moviendo las partes en un eterno trabajo de reparación que no tuvo aparente final.

Fue entonces que una de dichas fauces se acerco a ella, su tamaño si se lo comparara fue fácilmente superior a una estrella, pero para esta ocasión tan única y especial se redujo a si misma para estar a la altura de Keila.

Le sonrió.

"Elige"

Lo que escucho no fue una voz, sino un estruendo producto del metal oxidado rozando contra otro, un estridente trueno que hizo temblar su conciencia capaz de borrar su existencia si así se lo propusiera.  Pero no la daño en lo mas mínimo.

Sistema IA/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora