Fuertes golpes resonaban por la pequeña habitación.
—Taehyun, T-Taehyun, sigue. ¡S-Sigue!, m-me corro... —apretó los dientes y arqueó la espalda. Gimiendo por última vez.
El pelinegro salió de él rápidamente y se recostó a su lado. Más que agitado.
—Mierda.—murmuró. Eyaculó libremente ya fuera del castaño.
—Desearía tanto que te vengas en mí... —murmuró. Pero el contrario logró escucharlo y, casi se atoró con las palabras dichas por su hyung.
—¿Q-Qué dices, hyung?
—Es verdad. —suspiró, mordiéndose los labios. —Ah, d-digo... nada. Ignorame. —negó con las mejillas sonrojadas.— Supongo que es una fantasía mía más.—musitó otra vez.
El pelinegro lo vio con duda. Y aunque quiso preguntar, cambió de tema.
—Hyuka debe de estar esperandonos. Vamos ya...
Ambos comenzaron a vestirse con rapidez. Soobin extrañamente ese día se negó a salir con ellos por los "deberes". Algo extremadamente raro para el Soobin relajado y rebelde que conocían.
Mas no dijeron nada. Después de todo parecía que su amigo estaba muy extraño; y querían darle su tiempo. Todos esperandolo con los brazos abiertos, para recibir respuestas a todas sus incógnitas.
—Desde que lo encontramos durmiendo ahí. Desde ese momento en el que lo llevamos a casa, está extraño.—habló de repente el castaño.
—Definitivamente algo ha sucedido.
Beomgyu asintió. Quiso hablar más sobre el pelinegro de hoyuelos y su extraño comportamiento pero...
—Hablando de eso... perdón por no aparecerme tanto tiempo ese día. Creo que Yeji me dio mucho soju... y yo...
—No tienes porqué seguir disculpándote. Ya te perdoné, Tae...
Este asintió con una mueca de insatisfacción.
Lo suyo había comenzado hace algunos meses. Cuando decidieron guardarlo para ellos solos, todo este tiempo estaban saliendo a escondidas no sólo de sus amigos, también de la gente.
Su relación no sería muy bien vista. Y, tener una relación amorosa pública en aquella Universidad, sería el fin de su privacidad.
—Olvidemos eso, ¿sí? —el alfa de nuevo asintió.
Soobin se colocó una polera, otra, otra y otra.
Luego una gran chaqueta afelpada.
No entendía como es que en tan pocos días comenzaba a oler a leche materna. Quiso llorar de nuevo.
Y aunque deseaba odiar con toda su alma al cachorro que comenzaba a crecer en él, no podía.
Después de todo era su instinto de omega. Su instinto le obligaba a querer proteger y cuidar al niño que llevaba en el vientre, con toda su alma.
Estaba hecho bolita. En su cama; con sabanas alrededor y ropas amontonadas. Solito y temblando.
Ni siquiera tenía un alfa, alguien que lo acompañara durante esos largos nueve meses. Y le dolía de sobremanera.
Porque ni siquiera sabía quien era el alfa o beta que lo preñó.
Como mil vez en todo el día, intentó recordar algo. Pero no podía, su vista era nublosa y no hacía memoria de nada.
Después de todo, ese día tomó alcohol hasta el cansancio.
Es obvio que el padre de su hijo era un cualquiera. Porque cada vez que Soobin se emborrachaba, se acostaba hasta con omegas.
Era su castigo, ¿verdad?
Las únicas pistas que tenía eran esas:
Fue en la fiesta que esos alfas populares hicieron, que ocurrió la tragedia. Estaba borracho y casi inconsciente. Era un alfa o beta quien lo embarazó.
Entró en celo en medio de la fiesta, y algún desgraciado se aprovechó de él. Dejando su asquerosa semilla dentro suyo.
Otra vez más lágrimas abarcaron sus mejillas. El sólo saber eso.
Estaba seguro de que entró en celo. Por el hecho de que un día antes sintió algunos síntomas; pero como era un total idiota, los ignoró totalmente.
Su madre le preguntaría en cualquier momento que había sucedido con su celo. Pues ella siempre estaba al tanto, ya que usaban una habitación en especial, en el que todos los miembros de la familia se internaban durante esa época de apareamiento.
"¿Qué se supone que haga?
¿Qué se supone que le diga a mi familia?
...a mis amigos.
La Universidad pronto se enterará. Todos me odiaran, y seré el bicho raro."
Que gracioso que solo hace unas semanas se burló junto a su grupo de amigos populares, de una chica omega que acababa de embarazarse. No siendo la única vez que lo hizo.
Ahora sentía todo el karma venir a él. Ahora sus amigos populares se reirían de él. Como el omega ofrecido que se acuesta con todos. Y que salió en cinta por un descuido irresponsable.
Debe de tener al cachorro en su vientre ya no por miedo a lo que la vieja de la enfermería le dijo. Sino porque sin querer, y de a poco, no estaba dispuesto a abortarlo.
Sentía mareos, y es por ello que se recostó por completo en la cama.
¿Qué mierda hacían sus amigos mientras que él era violado?
¿Cómo es que lo encontraron durmiendo y no semi-muerto, con chupetones y marcas graves, semen escurriendo de su trasero?
¿Por qué luego de que ese alfa o beta lo violara le dejó de esa manera?
Ah, y otra pista.
El maldito le había dejado el cuello lleno de marcas. Parecían leves, pero notables. Sentía asco y algo de esperanza. Puesto que era una de las pocas pistas que tenía de su violador.
Se recostó mejor. Con la vista fijada en el techo de su habitación.
Y un flashback cortito vino a su mente.
Se levantó de golpe.
—Es pelinegro.—su corazón latía con fuerza. Se sentía morir.
Aquel tenía el cabello de color negro.
Que gran avance.
No es que medio mundo tenga el cabello de ese color, ¿verdad?
Suspiró con pesadez.
Y cuando estuvo a punto de cerrar los ojos, de repente se acordó de sus dos amigos.
Taehyun y Hueningkai.
¿Acaso...?
Cerró los ojos nuevamente.
El alcohol recorría sus venas, sus cinco sentidos completamente nublados no solo por el soju, sino también por el celo que lo tomó desprevenido, y que lograba que sus recuerdos fueran nulos y borrosos.
Solo recordaba con pesadez cabellos negros cerca de su mandíbula, mientras el cuerpo ejercía movimiento.
Y lo demás ya no. Le dolía la cabeza, por lo que dejó de intentar.
Se acurrucó en su intento de nido remoto que había hecho, para quedar rendido sobre su cálida cama.
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␦| ¿Quién? © ¿sookai/soogyu/yeonbin/taebin? ᭀ
FanfictionDesde aquel día lleno de música, alcohol, sexo y drogas, al sentir síntomas de aquello tan temido por cualquier omega universitario, se juró encontrar al responsable de quien destruyó su futuro por completo. Y para su fortuna, tres personas eran la...