Chapter Twenty-two

144 20 3
                                    

Cuando Yeonjun regresó a su hogar, todo el mundo lo recibió con respeto y cuidado, pues era el hijo de su patrón. Quien todos de ese lugar respetaban.

Todos los empleados del lugar habían sido testigos del crecimiento del rubio ya que éste siempre estaba rodeado de personas que se encargaban de su cuidado diario.

Su papá era alguien de temer. Con la mirada tenía a miles de omegas a sus pies, y conseguía lo que quería cuando quisiera. Tenía contactos y podía pasar desapercibido bajo cualquier situación. Además de ser exageradamente millonario gracias a los crímenes que alguna vez cometió.

¿Y sigue cometiendo?...

Aunque su padre les diga a todos que dejó de ser parte de la mafia hace ya un buen tiempo, Yeonjun sabía muy bien que no. Pero ni le importaba, si al fin y al cabo eso le mantenga ocupado, estaba bien.

Por otro lado, continuando en describir al progenitor del alfa, se podría decir que era: Calculador, inteligente, sigiloso y astuto.

Sin embargo, aunque pensaste que este era el peor padre de todos, no es el típico ascendiente malo que hace la vida imposible a su hijo como en las películas y novelas. Muy al contrario, este llega a ser un poco... ¿molestoso?

—¿Y a quién podemos matar ahora? —consultó mientras bebía de su copa de vino. Reluciendo una sonrisa amplia en donde sus dientes postizos de oro se veían.

Las empleadas del lugar suspiraban cada vez que el alfa puro llegaba a casa solo para pasar tiempo con su hijo.

Corrección, mansión, no casa.

—No. Deja de pensar en eso, mejor mata a algún delincuente, no sé.

—¿Aún te siguen ignorando? Te dije que eso se arregla con mandar un asesino. ¿Sabías que el primo de Mingyu ahora se dedica a matar y...?

—Sí, pero ya no me importa. ¿Sabías que eres muy molesto a veces?

—Ajá, pero todo para saber sobre mi pequeño caramelito.—dijo viéndolo con ternura. Yeonjun negó, totalmente avergonzado. Odiaba con su vida ese apodo.

—Papá, no me llames así.

—¿Por qué? —el de cabellos negros examinó con cuidado a su primogénito. —Oye, ¿No me vas a pegar?

El menor lo vio como si fuese un bicho raro, para decir.

—¿No?

—En una situación como esta normalmente me intentarías golpear.—dijo

—... No es cierto.

—Últimamente estás muy raro.

Yeonjun suspiró, para después querer marcharse, pero antes su padre se acercó a él.

Sintiéndose un poco intimidado, retrocede para ver como su progenitor enarca una ceja.

—¿Por qué hueles a omega?

—¿Qué?

Su padre olfateó más.

—Desde que entraste percibí un olor dulce. Pensé que tal vez te habías echado algún tipo de colonia pero ahora que lo huelo mejor, no. —cruzó los brazos en modo de confusión. —¿Hay algo que quieras contarme, Yeon-ye?

—Pf, no, nada. —quiso marcharse a su habitación, mas su padre lo tomó del brazo.

—¿Omega en cinta?

—En mi salón hay uno. Debe de ser por eso.

—Pero huele demasiado claro.—alzó una ceja.

—Hice un trabajo con él.

␦| ¿Quién? © ¿sookai/soogyu/yeonbin/taebin? ᭀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora