Abren la puerta y él ingresa. Cerrándola a su paso.
Entonces luego de semanas, está ahí. Frente a él.
Su preciado omega.
De inmediato corre hacia él. Y por consiguiente hunde su cabeza en la unión de su cuello y hombro.
Aspira con fuerza y su lobo aulla de pleno dolor. Está más resentido que antes, su canino llora. Él llora.
Porque entre el aroma de Soobin, dejó de percibir el de leche.
La habitación se inunda de hipidos y jadeos. La mano de Yeonjun sostiene la de Soobin, entrelazando sus dedos y acariciando la yemas de los últimos. El olor a anís bajo y arisco se puede oler con facilidad; las mejillas empapadas de Yeonjun, más su nariz rojita son indicios de su fuerte llanto.
Y el rubio no puede parar de soltar gruesas lágrimas. Mientras lo ve a la cara. A su Soobin. Siente que le han golpeado las entrañas. Al saber que al pequeño que estaban cuidando juntos, ya no está. Al pequeño u pequeña que prometió cuidar y no lo logró. Se sentía culpable.
Su omega había pasado por tanto, para que al final resultase así. Se odiaba.
"Eres el padre de su hijo."
¿Cómo tal cosa podría ser cierto?
Imaginar tener intimidad con su menor no cabía en su cabeza. Era imposible de creer.
Pero aún así la sola mención de eso hacía que su corazón latiera rápido. Emocionado de haber sabido que fue su bebé. Pero cada vez más devastado al saber que ya no está.
Y que de seguro, su Soobin no estaría bien con esa noticia. Ni él creía esa noticia.
Entonces sólo podía sollozar con fuerza en su cuello.
Abrieron la puerta y Yeonjun no dejó la mano de Soobin. Se aferró a él como si se fuera a ir, y miró al doctor que estaba en el marco de la puerta con desconfianza.
—No te has recuperado del todo.
Y Yeonjun quiso decirle que no le importaba, pero sus palabras siguientes lo aliviaron.
—Una enfermera rondará esta puerta. Puedes estar aquí cuanto necesites.
El rubio asintió.
—Gracias.
—Una última cosa. —lo escucha atento. —Si sucede algo con su lobo. No dudes en marcarlo. —Yeonjun asiente otra vez. —En diez minutos vendrá la visita. Entre ellos sus padres. —y con lágrimas en los ojos, de nuevo asiente.
Una vez solos otra vez, Yeonjun mira a su menor. Este parece que estuviese durmiendo solamente. No siendo más que un coma.
No se imagina lo que tuvo que pasar solo, y le duele.
Como dijo el doctor, pasan los diez minutos y comienza a venir gente.
Las primeras personas son sus padres.
Él no suelta su mano. Y sus padres lo miran con curiosidad. Aún así él sólo saluda y no pregunta ni dice nada, pues está suficientemente triste como para querer saber más de los padres de su Soobin.
—¿Eres tú quien lo dejó en cinta?—la mujer pregunta con cautela. Yeonjun niega con la cabeza. Ni siquiera la mira.
—Parece que mientes.—dice esta vez el padre.
—No, no fui yo.
—¿Quién eres? Soobin-ah no nos ha presentado a un amigo o novio durante meses. —su madre habla.
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␦| ¿Quién? © ¿sookai/soogyu/yeonbin/taebin? ᭀ
Fiksi PenggemarDesde aquel día lleno de música, alcohol, sexo y drogas, al sentir síntomas de aquello tan temido por cualquier omega universitario, se juró encontrar al responsable de quien destruyó su futuro por completo. Y para su fortuna, tres personas eran la...