Chapter Four

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—Soobin-hyung... ¿estás bien? —consultó un castaño. Mientras sostenía sus manos con suavidad.

El alto estaba sobre una camilla con aroma a hospital. Ese olor peculiar de alcohol y medicina.

—¿Mejor? —ladeó su cabeza.

—Gyu...

—Perdón. No debimos de hablar de eso aquí... y tampoco debimos de no sé... traerte recuerdos de ya sabes. La enfermera dijo que te desmayaste a causa de sentir una emoción muy fuerte. Eso le hace daño cada vez más al cachorro, Bin... —musitó.

El de hoyuelos jadeó. Y por inercia se tocó el vientre.

Le estaba haciendo daño a su bebé.

—Aún me cuesta asimilar que saliste en cinta. De hecho a Hueningkai y Tae, también. Mucho más el hecho de que... eso. —se refirió a su violación. El mayor asintió, con los labios temblando. Y ojos atentos, casi brillantes por las lágrimas que yacían en las cuencas de los mismos. —Sin embargo, quiero que sepas... que estaremos para ayudarte. En lo que sea. —con unos ojos que destellaban comprensión, dijo.

¿Aún así porque sentía preocupación en sus orbes?

No preocupación a él. Sino a otra cosa.

Soobin tenía ese presentimiento.

—Gracias.—en un hilo de voz, pronunció.

—No quiero abrumarte más... sé que deseas estar solo. Vuelvo más tarde, ¿sí?

Muy probablemente le hubiera dicho que ni bien volviera le propondría encontrar al responsable de su embarazo, pero no quería hacerle sentir emociones fuertes. Y se aguantó.

Además de que de repente ni bien supo de la noticia de su embarazo, algo dentro de él se removía intranquilo. Sin saber porqué.

Soobin se quedó toda la mañana en la camilla. La enfermera le recomendó volver a casa, mas el alto no quería encontrarse con su madre, puesto que aquella además de preguntarle el porqué de su llegada más temprana de lo común, le preguntaría porqué olía a leche.

Menos mal que aún su madre no lo había percibido.

—Un omega preñado sin alfa y sin marca, es igual a un omega muerto.

Las frías palabras de la mujer resonaron con fuerza en su cabeza.

—Pero recuerda. Ni se te ocurra abortarlo.

No lo haría porque aquella se lo decía. Sino porque él mismo no quería.

—¿Y por qué no estoy muerto ahora entonces?

Ella bufó.

—A pesar de ser un fácil, tu cuerpo está resistiendo. Estás siendo fuerte. Pero más te valía, niño.

Las primeras palabras le dolieron. Las intermedias le dieron esperanza. Las últimas le indignaron.

—Pocos omegas tienen un embarazo exitoso de esa manera. Digamos que... un 40%.

Soobin tragó saliva.

—La depresión puede carcomerte. Y por consiguiente al niño.

Sus ojitos pasearon a su aún plano vientre.

—¿Siquiera sabes quién es el padre o madre?

—No...

La mujer rodó los ojos.

—Deberías de comenzar por ahí. Encuentralo cuanto antes. Que asuma las consecuencias. Tú también debes de asumirlas.

Asintió con la cabeza. Quería llorar otra vez.

␦| ¿Quién? © ¿sookai/soogyu/yeonbin/taebin? ᭀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora