Chapter Thirty

128 17 1
                                    

¿Yeonjun?

Yeonjun al revelarse como alfa, fue el más consentido de toda la familia Choi.

Al menos no lo llenaron con pensamientos estereotipados. Referencia a que no por ser un alfa debía de ser fuerte y brusco. Muy en cambio lo criaron de manera normal.

¿Si hubiera sido omega?, muy tal vez... hubiera sido consentido el triple si podría ser posible. Pero a lo que queremos llegar, es que al rubio le dejaron en claro varias cosas. Entre ellas:

"Sé feliz con quien tú quieras, hijo."

Encuentra una omega, termina tu universidad, gradúate, encuentra un trabajo, cásate, ten cachorros y fin.

Sonaba bonito y fácil. Pero...

A la edad de dieciséis tuvo una novia.

Duraron tres meses.

Luego a la edad de diecisiete.

Duraron cuatro meses. Esta última relación rota sí le dolió un poquito.

Pero prefiere no hablar ni de esta última, ni de la primera, debido a recuerdos desagradables.

Pensó que tal vez no era muy bueno en el amor, y dejó de interesarse en alguna que se le insinuara o de fijarse en otras omegas.

No hasta que entró a la universidad, a la edad de diecinueve encontró a alguien. Alguien que solamente sentía tener una atracción. Nada más.

Él nunca se había fijado en hombres, no hasta que aquel aroma dulce que ese omega de hoyuelos emanaba le pareció el olor más atrayente del mundo. No hasta que se dio cuenta de que lo miraba mucho, diciendo que sólo veía su comportamiento engreído y le daba repulsión, mas era porque esperaba que algún día el menor al menos cruzara miradas con él.

No hasta que un día vio su vientre levemente abultado, vio su rostro triste y notó su aroma agrio, su nariz rojita y mejillas empapadas de lágrimas.

Desde ese día supo que quería proteger a ese omega a como diera lugar. Y su lobo estaba más que de acuerdo con ello por más extraño que sea.

Logró su cometido y se volvió cercano al pelinegro.

Entonces con el pasar de los días y cortas semanas, se dio cuenta que sentía cosas más fuertes cada vez que veía al menor. Quería abrazarlo, mimarlo, hablarle siempre, acariciarle, acompañarlo, decirle que era lindo, y aunque no lo admitiera, también quería besarlo.

No en la nariz, frente, cuello, mejillas, o párpados como acostumbraba; sino que,  quería besarlo en los labios.

Supo entonces que estaba pasando eso que temía. Se estaba enamorando.

Sólo pensar en él le hacía sentirse feliz. Sólo su presencia le alegraba el día, sus besos eran como medicina, su aroma de igual manera, y cuando besaba su cuello, sus labios sentían su piel suave y delicada, soñaba así en algún día poder marcarlo, hacerlo suyo. Su omega.

Pero una parte suya se negaba a aceptar que estaba cada día más, enamorado de él.

Se excusaba entonces con que es su amigo, y que tan sólo su deber es de protegerlo. Aunque odiaba con su alma recalcar que sólo eso eran, amigos.

Es donde se pregunta todas las noches lo mismo.

"¿Está bien desear besarlo si sólo somos amigos?"

Aunque sabía muy bien la respuesta. Más que nadie.

No tenía que preguntarse lo obvio, ¿no?, mucho menos a su inexperto mejor amigo.

␦| ¿Quién? © ¿sookai/soogyu/yeonbin/taebin? ᭀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora