Malentendido (Michaeng)

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Finalmente acudí al hospital, donde me dijeron que tenía un esguince y me dieron dos semanas de reposo, en las que tuve que usar una especie de bota bastante chistosa e incomoda, que protegía mi tobillo, y además debía apoyarme en muletas para caminar.

Desde aquella tarde en la enfermería, yo y Chaeyoung nos volvimos mucho más cercanas, disfrutábamos de nuestra compañía incluso a solas, por más tiempo del que solíamos compartir antes, cuando nuestro tiempo a solas era cuando caminábamos juntas al club. Por las mañanas Chae esperaba por mí en la entrada de la escuela, tomaba mi bolso, para ayudar a lisiada, como decía ella, y me acompañaba hasta mi salón. En los horarios de receso solía llegar a nuestro salón y se sentaba junto a mí, siempre atenta a mi, mientras conversábamos con nuestras amigas. En los almuerzos, llegaba a buscarnos para ayudarme en lo que fuese necesario, incluso en ocasiones compraba comida por mí y la traía hasta mi escritorio, solo para que no tuviera que caminar. Un sábado, en que no tuve que ir a la academia por la lesión, llegó a mi casa a jugar videojuegos porque le dije que estaba muy aburrida. Evidentemente Chaeyoung no solía jugar videojuegos, la forma en que se balanceaba de un lado al otro tratando de seguir los movimientos de su personaje era muy adorable, si no fuera por ella y su compañía, me hubiese vuelto loca al no poder practicar para mi competencia de ballet. Si bien estaba muy frustrada, llegué a sentirme afortunada por mi accidente, pues gracias a ello estaba recibiendo la atención de la menor.

Respecto al club, seguí yendo, y ahora podía ir los días en que solía faltar por ir a ballet. Junto a Nayeon, cuando llegaba de visita, solíamos hacer correcciones y acotaciones para ayudar a mejorar a las demás, pero honestamente la coreografía ya salía tan bien, que comenzamos a relajarnos y nos la pasábamos la mitad del tiempo conversando.

—Qué raro que tu novia aún no ha llegado—me dijo Sana, un día en que Chaeyoung estaba demorando más de lo normal en llegar al almuerzo—Porque, obviamente, ya son novias ¿no? —preguntó burlonamente. 

Yo negué con la cabeza mientras me sonrojaba. Justo en ese momento Chae entró por la puerta.

—Perdón la demora, unnie, tuve que atender algo urgente—dijo, tomando mis muletas y acercándolas a mí, luego estiró su mano para que yo la tomara y me pusiera de pie—Ah, lo siento, ¿prefieres comer aquí? ¿te traigo algo de comer?

La media sonrisa en la cara de Sana no se borraba y no dejaba de mirarme.

—Gracias Chae, creo que ya puedo caminar incluso sin las muletas, vayamos juntas a la cafetería—tomé su mano y me puse de pie. Ella no soltó mi mano, y comenzó a caminar jalando levemente de mí, como si se le hubiese olvidado que estábamos tomadas de la mano, yo no sabía cómo soltarme sin que fuera incómodo, así que me dejé llevar, no me molestaba. En la escalera levantó nuestras manos para que yo pudiera afirmarme y se mantuvo dos escalones abajo para ayudarme a bajar. Chaeyoung es la chica más dulce que he conocido, no me canso de decirlo.

Esa misma tarde, en el horario del club, Sana fue de visita, el club de costura había suspendido sus actividades por el día.

—Sana unnie, verás lo divertidas que son Nayeon unnie y Jeongyeon unnie, estoy segura de que se llevarán bien—decía Chae, emocionada de que Sana fuera de visita a nuestro club—Y Tzuyu, aunque es callada también es muy graciosa.

—¡Estoy emocionada por verte bailar, Chaeng! —exclamó Sana, pasando su brazo sobre los hombros de Chae para abrazarla—Pero es una pena que no podré verte a ti, Minari—hizo un puchero.

—Puedes volver a venir más adelante—dejé la invitación hecha.

Llegamos al club y las chicas se presentaron, como esperaba, Nayeon había ido de visita también. Las chicas se pusieron a ensayar inmediatamente. Sana aplaudía después de cada repetición de la coregorafía, parecía muy emocionada.