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Llegó el viernes y la historia se repitió, la práctica terminó, Chae se despidió y salió corriendo. Con Sana nos fuimos casi tan pronto como Chae, queríamos volver rápido a casa.

—Hoy pienso jugar un buen rato, porque mañana tendré que dedicarme a estudiar antes de ir a la academia y al volver de ella—comenté.

—Yo quiero llegar a tirarme en mi cama y ver doramas toda la tarde—dijo Sana.

—Te lo juro, Sana, estoy agotada, estudio cada vez que tengo tiempo y apenas hemos podido vernos con Chae fuera de la escuela.

—Te entiendo, así mismo me sentía para los exámenes de admisión.

Hablando de los exámenes de admisión, Sana había obtenido un buen puntaje, ya estaba inscrita en una buena universidad para estudiar diseño de vestuario. Nayeon y Jeongyeon también obtuvieron buenos puntajes. Nayeon iba a estudiar para ser maestra de párvulos, siempre le gustaron mucho los niños. Jeongyeon estudiaría en la misma universidad de Nayeon, pero en otra facultad, para ser ingeniera. Y Momo, por su parte, ya se había conseguido un trabajo para comenzar a ahorrar e inscribirse en una academia de baile. Momo tomó varias clases de baile cuando era pequeña en japón, pero cuando vino a vivir a Corea, lo dejó de lado. Después de formar el club y dedicar tiempo cada tarde a hacer lo que le gustaba, se dio cuenta de que era lo que quería hacer el resto de su vida, o hasta que su cuerpo se lo permitiera. Sus padres la apoyaban, así que todas estábamos felices por ella, sabíamos que en pocos años sería una exitosa bailarina y coreógrafa, y que probablemente trabajaría para alguna empresa importante en el área del entretenimiento, quien sabe, incluso podría llegar a trabajar en la empresa de los grupos que tanto le gustaban.

Ya íbamos a más de dos cuadras de la escuela, cuando nuestra charla sobre los estudios me hizo recordar que esta vez había sido yo quien dejó algo olvidado en el salón.

—Se me quedó el libro de ciencias, iré a buscarlo, puedes adelantarte—le dije a Sana.

—Me da pereza ir contigo, pero puedo esperarte aquí—dijo con una sonrisa.

—Gracias, no me tardo—comencé a correr de vuelta a la escuela.

Llegué jadeando al salón, tomé mi libro y decidí caminar con calma hasta la entrada de la escuela para poder recuperar el aliento. Caminé por los vacíos pasillos, llevaba menos de un año en la escuela, pero se había sentido como si hubiera sido mucho más tiempo, había vivido tantas cosas y conocido a muchas personas. Comenzó a bajarme la nostalgia, mi tiempo en ese lugar sería más corto de lo que había pensado, jamás llegaría a ocupar uno de los salones de tercero, y nunca llegué a usar los de primero, por donde iba pasando. Cuando pasé por fuera del salón de Chaeyoung, pensé en ella y en todo lo que habíamos vivido en ese tiempo tan corto, no pude evitar sonreír al pensar en mi novia. Por algún motivo tuve la necesidad de mirar dentro del salón, como si fuese a encontrármela ahí, sentada en su banco, como solía estar cuando veníamos a buscarla a ella y Dahyun.

Casi me caigo de espaldas cuando, al asomarme un poco por la puerta, solo para mirar rápidamente, en efecto me encontré a Chaeyoung. Ahí estaba ella. De pie. De espaldas hacia la puerta. Con su mochila en la espalda. Con un libro bajo el brazo, como si por coincidencia también hubiera dejado un libro olvidado. Podía reconocer a mi novia de espaldas, por su puesto. Pero también pude reconocer a la persona que tenía en frente. Somi. Frente a ella, también estaba de pie, sostenía a Chae por los hombros y estaba levemente inclinada hacia la chica, y no me hizo falta ni un segundo más para entender que Chaeyoung y Somi estaban besándose. Era un déjà vu.

Me tapé la boca ambas manos, tratando de ahogar un sollozo. Di media vuelta y hui. Corrí tan rápido como me lo permitieron mis piernas, mientras las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos, sin poder contenerlas. Sentí como si una ola de emociones me golpeara y me tirara al piso. Chaeyoung, mi querida Chaeyoung, en quien tanto confiaba, a quien tanto admiraba, a quien tanto amaba...me estaba...¿engañando? Y...¿con su ex novia? Mi mente comenzó a nublarse, no pude pensar en nada más que la imagen que acababa de presenciar, solo seguí corriendo. Llegué de alguna forma hasta donde estaba Sana esperándome.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora