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El viaje no fue muy largo. El taxi nos dejó frente a una casa que no conocía. Comencé a tener miedo al recordar las imágenes que de Jungsu tratando de meterme a su casa.

—Esta es mi casa, unnie—su voz me calmó, tomó mi mano y me guio hacia el interior—¡Jeonghoon, ya llegué!—gritó.

—¡Okay!—se escuchó la voz de un chico responder desde el segundo piso.

—Es mi hermano—dijo, mientras dejaba las llaves sobre una mesita junto a la entrada—Puedes sentarte aquí—aún sostenía mi mano, caminamos hasta el sillón—Voy a buscarte un poco de té.

Miré el techo, mientras me relajaba en el cómodo sillón, limpié los rastros de lágrimas que aún había en mi cara. Chaeyoung dejó una taza de té sobre la mesa de centro. Su celular comenzó a vibrar, ella revisó la pantalla y volvió a guardarlo.

—¿Tienes frio?—sin esperar mi respuesta encendió la calefacción.

—Chae, tengo que avisar a mis padres que estoy aquí—recordé, mi voz salió ronca por no hablar en mucho tiempo.

—¿Vas a llamarlos? —preguntó, tras beber un sorbo de su té.

—Si, ¿no estoy hablando raro?

—No, estás hablando normal, de hecho, te ves mejor, ya no estás pálida—sonrió. 

Por fin una sonrisa de Chaeyoung para mi.

Llamé a mis padres, me disculpé por avisar tan tarde y les dije que me quedaría en casa de una amiga. Ellos comprendieron, confiaban en mí y nunca les había dado un motivo para desconfiar, aunque sabía que después de salir con un chico y quedarme afuera esa misma noche, vendría una charla sobre sexo que no podría evitar.

—¿Quieres ir a descansar?—preguntó Chae cuando corté la llamada.

Miré la hora, ya eran las once de la noche.

—¿Irás conmigo?—pregunté ansiosa.

—¿Quieres que durmamos juntas?

—Si—respondí con sinceridad.

No se trataba de querer dormir con la chica que me gustaba, era que quería dormir acompañada para sentirme segura. Me sentí horriblemente ansiosa al pensar en separarme de Chae en ese momento.

—¿No quieres comer algo antes?—preguntó, levantando las tazas vacías.

El celular volvió a vibrar en su bolsillo.

—No tengo hambre—negué con la cabeza y me levanté para seguir a la chica a la cocina.

—Bueno, si quieres puedes bañarte, el agua podría ayudarte, te prestaré ropa.

Subimos al segundo piso, me mostró dónde estaba el baño y me dejó ahí. Al terminar de bañarme, me vestí con el buzo y la sudadera que me había pasado Chaeyoung. El agua me había ayudado bastante a sentirme mejor físicamente.

Salí del baño y no encontré a la chica por ningún lado, otra vez comencé a sentirme ansiosa. Me acerqué a una puerta y justo esta se abrió, yo me hice hacia atrás sorprendida.

—Hola—me saludó un chico, se parecía mucho a Chae, supuse que era su hermano—Mi nombre es Jeonghoon, mucho gusto.

—Hola Jeonghoon, soy Mina—respondí.

—La habitación de mi hermana es la otra puerta—indicó la puerta siguiente y sonrió.

—Gracias—caminé hacia la otra puerta algo avergonzada.

—Es primera vez que mi hermana trae a una amiga que no es Somi—dijo antes de entrar al baño y cerrar la puerta.

Somi no es su amiga, pensé.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora