Chae y yo nos apartamos inmediatamente.
Parada, en el marco del ventanal, estaba de pie quien reconocí como la hermana de Jeongyeon.
—Jeongyeon, necesito que por favor me digas que todas estas chicas son mayores de edad—dijo con autoridad.
—Eh...
—Lo sabía.
—Unnie, escucha...—Jeongyeon se puso de pie y caminó hasta su hermana.
—No quiero excusas de nada.
—Por favor no le cuentes a mamá y papá.
Nayeon tomó su celular y pausó la música.
—¡¿No les da vergüenza?!—se dirigió a nosotras.
Nos pusimos todas de pie e hicimos una reverencia.
—¡Perdón!—exclamamos al unísono.
—¿Acaso sus padres saben que vinieron en este viaje a beber, siendo menores de edad?—preguntó furiosa.
Negamos lentamente con la cabeza.
—¿¡Y tú, Nayeon!?—le gritó a la chica—Eres la mayor aquí y no fuiste capaz de detener todo.
—Unnie, por favor no te enfades—Nayeon juntó las manos, suplicando.
—Vengo a darle una sorpresa a mi hermana y me encuentro a este montón de adolescentes borrachas, ¡¿cómo quieres que no me enfade?!
—¡Lo siento mucho, unnie!
—¡En lugar de estar aquí bebiendo irresponsablemente, deberían estar ocupando su tiempo en estudiar para los exámenes de ingreso a la universidad!—continuaba regañándonos, nosotras solo escuchábamos con la cabeza agachada—¿Cuántas de ustedes dan el examen?
No hubo respuesta.
—Dije...¡¿Cuántas de ustedes dan el examen?!—vociferó, con la cara roja de rabia.
Sana, Momo y Nayeon levantaron la mano inmediatamente.
—No sé qué piensan que hacen desperdiciando el tiempo así—bajó la voz para hablarles a las tres chicas y Jeongyeon, que estaba demasiado ocupada mirando el piso con lágrimas formándose en sus ojos.
—¡Argh! ¡No te pongas a llorar!—exclamó, rodando los ojos, después de haberse volteado a mirar a su hermana menor. Fue entonces cuando suavizó el tono—Escuchen—abrazó a Jeongyeon—yo también tuve su edad, entiendo que solo quieren divertirse, pero no pueden ser tan irresponsables, son solo niñas, el alcohol no es bueno para su salud.
—Perdón—repetimos.
Suspiró resignada.
—No diré nada de esto a sus padres, pero ahora quiero que limpien todo en los próximos diez minutos y entren a la casa—ordenó con firmeza.
—¡Si! —respondimos, aún con la cabeza gacha, arrepentidas.
En un abrir y cerrar de ojos metimos todas las cosas a la casa, limpiamos y lavamos los vasos y platos. Casi hasta se nos había pasado la borrachera del susto.
—Siéntense—ordenó cuando entramos a la casa, cerrando el ventanal.
Nos sentamos en silencio en los sillones de la sala.
—Primero, no sé por qué estaban ahí afuera tan desabrigadas si aquí por las noches hace tanto frio—encendió la chimenea—seguro es porque están tan borrachas que ni se dieron cuenta del frio que hace. Segundo, no quiero que piensen que soy una aguafiestas, pero si sus padres llegaran a enterarse de esto, no las dejarán volver a salir durante los próximos veinte años y las quejas llegarán a mi familia. Tercero, traje un pastel para cantarle el feliz cumpleaños a mi hermana junto a todas ustedes, pero lo dejaremos para la mañana, porque ahora no se lo merecen.
ESTÁS LEYENDO
Malentendido (Michaeng)
Romance"Cuando me di cuenta de su presencia, y ella se percató de esto, levantó una mano y me dio un pulgar arriba, mientras decía algo que no llegué a escuchar, pero vi su boca moverse, luego me apuntó y después, el pulgar que estaba levantando, lo pasó l...