24

453 63 10
                                    


—¿Dónde vas?—preguntó mi mamá cuando me vio bajar las escaleras.

—Yo...—no sabía si contarle la verdad a mamá, nunca le mentía a mis padres, pero era vergonzoso contarle que iba a una cita—voy a juntarme con un amigo.

—¿Tan tarde?—miró el reloj que marcaba casi las siete y treinta de la tarde.

—No es tan tarde—contesté.

—¿Con un chico?—papá apareció de la nada.

—Si, es un amigo de la escuela.

—Pero tu escuela es femenina—cuestionó mamá.

—Es de la escuela de enfrente.

—Mina, no me parece que salgas tan tarde a juntarte con un chico.

—Solo iremos a comer.

Mis padres se miraron entre ellos.

—Ve con cuidado, cariño—papá se acercó y me dio un beso en la frente.

—Siempre—respondí sonriente, mis padres siempre se preocupaban, pero confiaban en mi.

Salí de mi casa con calma, tenía bastante tiempo. Llegué al restaurante cinco minutos antes, pero Jungsu ya estaba ahí.

—¡Hola, Mina, por aquí!—saludó desde la mesa.

Me senté en la silla frente a él.

—¿Cómo estás?—pregunté mientras guardaba el celular en mi bolsa.

—Bien, estaba tan ansioso que vine un poco antes, pedí un par de refrescos, espero que te guste este sabor—empujó un vaso que tenía servida una bebida que parecía ser coca cola.

—Estoy bien con esto, muchas gracias—le dí un sorbo.

—Estaba pensando que podríamos pedir el especial, siempre que vengo aquí lo pido.

—Claro, puedes elegir tú, yo comeré lo que sea.

—¡Señor, por favor un especial!—le gritó al señor que estaba en la cocina, imagino que el dueño del local—Verás que es muy delicioso—volvió su vista hacia mi.

—¿Qué opinas del último ensayo que tuvimos?—intenté sacar un tema de conversación después de un rato algo incomodo en silencio.

—Bueno, tus amigas son muy buenas bailando, cantando y hasta actuando, son muy talentosas.

—Los del club de canto también lo hacen muy bien.

—Los trajes quedaron muy lindos—justo trajeron la comida—¡Se ve delicioso!

—Se ve muy bueno, voy a probar—tomé los palillos y comencé a comer—Tienes razón, las chicas del club de costura se lucieron, los trajes quedaron muy bonitos.

—Bueno, el mío es feo, pero es porque tiene que ser así, soy un duende después de todo.

—Lo hiciste muy bien en el ensayo, me gusta mucho tu voz—el chico se sonrojó al oír mi comentario.

—Esta comida está picante, ¿no?—se abrió la sudadera que traía puesta—Como que me dio un poco de calor—abanicó con la mano.

Yo me reí por su reacción.

—La comida está muy buena, no sé de que hablas, yo no creo que esté picante—dije exagerando, ambos reímos.

—¿Sabes? Lo único que no me gustó de todo fue la escenografía—tomó un muslo de pollo y le dio un mordisco.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora