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Al día siguiente Chae no se apareció por nuestro salón y tampoco en el almuerzo. No habíamos hablado ni si quiera por mensajes. ¿Tan molesta estaba? Yo quería disculparme, pero no sabía cómo. Quizás después de la academia podía pasar por su casa, solo necesitaba conseguir la dirección exacta. Pregunté a todas mis amigas, pero ninguna sabía, así que desistí. Al día siguiente podría buscarla en la escuela y hablarle.

Pero al día siguiente tampoco conseguí encontrarla, ni en su salón, ni en los pasillos, ni en la cafetería, ni si quiera en la azotea, donde yo sabía que iba a fumar de vez en cuando. Cuando llegó la hora del club mandó un mensaje por el grupo, disculpándose por no poder asistir.

—A mi me dijo que tenía un compromiso con una amiga, pero que quizás se desocupaba para poder ir a mi casa a estudiar—dijo Dahyun, después de que todas vimos el mensaje en nuestros teléfonos.

—Bueno, mañana tendrá que ponerse al día con la coreografía—Momo se puso de pie y encendió el parlante para comenzar nuestra práctica.

Aun así, cuando llegamos a la casa de Dahyun, Chae no había dado señales de vida, por lo que asumimos que no llegaría y continuamos solo las tres. Dahyun notó que yo estaba un poco desanimada, no preguntó por qué, pero cuando terminamos de estudiar, propuso ver una película. Tzuyu, Dahyun y yo fuimos a comprar comida para acompañar la película, yo revisaba el celular cada cinco minutos, esperando que Chae hablara.

—Unnie, si no pones atención a la película, no podrás disfrutarla—me dijo Tzuyu, cuando me vio husmeando el teléfono.

—Tienes razón—dejé el aparato sobre la mesa y me concentré en mirar la televisión.

Nos reímos mucho con la comedia que Tzuyu había elegido, lo pasamos muy bien, de verdad me subió el ánimo compartir un rato con las chicas.

Ya eran cerca de las diez cuando nos fuimos de la casa de Dahyun. Caminé desganada por el camino que solía recorrer con Chae. Odiaba estar peleada con ella, me odiaba por no ser capaz de mandarle un mensaje disculpándome y solucionarlo. Quería ver a Chae, solo habían pasado dos días desde que no la veía, lo mismo que un fin de semana normal, pero con la distancia, sentía que habían sido semanas. Suspiré ruidosamente, mientras sacaba los audífonos de mi bolso para escuchar música durante lo que me quedaba de trayecto, el silencio me estaba matando.

Me coloqué el audífono derecho, acomodé mi cabello y cuando estaba por ponerme el audífono izquierdo, escuché a alguien llamarme.

—Mina unnie.

Me asusté, no esperaba escuchar la voz de Chae. Me giré y ahí estaba, apoyada en un muro, en el mismo lugar donde la había visto hace dos días por última vez.

—¿Qué haces aquí?—atiné a preguntar.

—Te estaba esperando.

—¿Hace cuánto estás aquí?—pregunté, mirando la hora.

—Un rato—mentía, yo sabía que si estaba esperándome, tenía que estar al menos hace dos horas, porque la película había demorado eso.

—¿Para qué?—cuestioné, intenté sonar lo más amable posible, no quería que se malentendiera, yo no seguía molesta con ella, quería disculparme.

—Quería pedirte disculpas.

—¿Eh?

—El otro día cuando discutimos...perdóname por levantarte la voz—me miró con los ojos vidriosos—y por no despedirme, no quería hacerte sentir ignorada o algo así, solo no me di cuenta de que seguiste caminando.

—Chae...

—Y lamento decir que no necesitaba de su ayuda, aprecio mucho lo que están haciendo por mi...

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora