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Cuando llegué a casa me quedé sentada en el sillón de la sala, encendí la televisión y puse la primera película de comedia que encontré, para tratar de distraerme un poco. Pasaron unos quince minutos de película, cuando escuché que llamaban a la puerta.

"No puede ser" pensé.

Abrí la puerta y sí podía ser. Ahí estaba Chaeyoung, de pie, con la cabeza agachada.

—No puede ser—dije, ahora en voz alta.

Ella levantó la cabeza al escucharme.

—Mina—comenzó a hablar apresuradamente—Déjame explicarte por favor.

—No hay nada que explicar, Chaeyoung.

—¿Estuviste llorando?—acercó sus manos a mi cara—tu maquillaje...—no me había percatado de que mi maquillaje se había arruinado con las lágrimas que solté en la cafetería.

Antes de que sus manos tocaran mi cara las aparté de un manotazo.

—No me toques.

—Lo siento—se disculpó asustada por mi reacción.

—¡Deja de pedir perdón!—exclamé molesta—¡No solucionas nada pidiendo perdón!

—Pero no me dejas explicarte...

—No necesito explicaciones, es claro lo que pasó.

—Mina, de verdad, me fui del hospital en cuanto pude, pero no podía dejar a Somi así como así.

—A mi me dejaste esperando, así como así.

—Su madre perdió la memoria...

—No me importa—mentí, si me importaba, no soy tan mala, pero estaba enfadada—me da igual lo que haya pasado, Chaeyoung, habíamos hecho una promesa, ¿no?

Se quedó en silencio y de pronto la vi fruncir el ceño y apretar los puños.

—No puedes ser tan insensible—¿yo? ¿insensible?

—Dime, ¿lo prometiste o no?

Relajó su expresión y soltó los puños.

—Si, te prometí que pasaríamos juntas la tarde...y aquí estoy—suspiró—¿podemos solo olvidarlo y disfrutar lo que queda?

—Son mas de las ocho de la noche, ¿cómo puedes llamar tarde a esto? Ya no hay tarde que disfrutar.

—¿Y qué se suponía que hiciera?—comenzó a gesticular con las manos—¿Entregarle su bolso y marcharme? ¿dejarla sola?

—Si.

—Yo no soy así, Mina. Me quedé solo cinco minutos para hablar un poco, porque es lo mínimo que puedo hacer, y justo su madre despertó. ¿Se supone que debía decir "oh, que bien que tu madre despertó, me voy a una cita ahora, adiós"?

—No, se supone que debías irte conmigo desde la escuela, decirle a la Somi que no podías llevarle su ropa, ella seguro tiene más familia y amigos que podían ayudarla, ¿por qué tenías que ser tú?

—Porque yo se lo ofrecí.

—A eso me refiero, Chae, ¿por qué te ofreces si ya tenías un compromiso?

—Es mi mejor amiga.

—Soy tu novia.

Suspiró profundamente.

—¿Por qué suspiras?—pregunté a la defensiva—¿Acaso estás cansada de que sea tu novia?

—No, claro que no—negó con la cabeza.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora