33

511 67 9
                                    


El sol pegaba fuerte, a pesar de que ya casi llegaba el invierno, desde la parada podíamos ver el mar asomarse entre algunas casas, unas gaviotas pasaron graznando sobre nosotras, se sentía bien estar cerca del mar.

—Aquí es—Jeongyeon abrió los brazos para mostrarnos la gran casa a la que habíamos llegado después de caminar por unos minutos—Pasen—nos invitó cuando abrió la puerta principal.

La casa era grande, pero no exageradamente enorme, tenía cinco habitaciones, cada una con dos camas de plaza y media, a excepción de una que tenía una gran cama de tamaño King, imagino que la de los padres de Jeongyeon, tres baños, una cocina bien equipada, un comedor con una gran mesa para diez personas, una sala con un sillón enorme de tres lados que rodeaba a la mesa de centro, situados frente a una chimenea eléctrica sobre la cual había una televisión de pantalla plana. Lo más llamativo de la casa, sin embargo, era la gran terraza que daba hacia la playa y tenía unas escaleras para bajar directamente a esta.

—La zona es muy segura, por eso no tenemos problema con dejar abierto el acceso a la terraza, de todas formas, lo más valioso que pueden robar es la parrilla—nos explicaba Jeongyeon cuando la bombardeamos con preguntas sobre la casa.

—¿Podemos ir a dejar nuestras cosas?—preguntó Dahyun, llevábamos dando vueltas por la casa con nuestros bolsos al hombro y nadie se lo había cuestionado.

—Cierto—dijo, seguido de una carcajada, la dueña de casa—Nayeon y yo dormiremos en la habitación de mis padres.

—¿Ah si?—preguntó sorprendida la chica.

—Si—afirmó confiada—las demás habitaciones pueden repartírselas como quieran.

—Podemos hacerlo de forma aleatoria—propuso Jihyo.

—Ni loca, no quiero que me toque con Sana—se negó tajantemente Dahyun.

—Podemos sortear quien dormirá sola entonces.

—Me parece bien.

Jihyo sacó un papel y anotó nuestros nombres después de partirlo en pequeños pedazos.

—Saca un papel, Chaeyoung—puso frente a ella sus manos, que contenían los papelitos.

La chica sacó un papel al azar, lo abrió y leyó.

—Chae—dijo su propio nombre.

—Suertuda, te tocó la habitación para ti sola—dijo desanimada Jihyo, haciendo un puchero.

—Si quieres te cambio, Jihyo unnie, yo quiero dormir con Mina unnie—ofreció como si nada.

Todas nos quedamos calladas mirándola, yo no pude evitar el rojo en mis mejillas.

—Vaya, que atrevida, señorita Son—dijo Sana, tapándose la boca con una mano.

—Solo si quieres—dijo mirándome.

¿Cómo negarme? Asentí tímidamente con la cabeza. No es que no hubiéramos compartido habitación antes, además cada una tendría su cama... ¡y tampoco es como si no hubiéramos compartido una cama!

—Entonces yo duermo con Tzuyu—declaró Dahyun, agarrando a la susodicha del brazo.

Sana las miró decepcionada. Esperaba que el viaje les ayudara a mejorar su actual relación, pero no se veía prometedor.

Subimos a las habitaciones a dejar nuestras cosas y luego dividimos tareas entre todas. Un trio estaba encargado de ir a comprar, otro de cocinar y otro de limpiar. Con Tzuyu y Chaeyoung nos tocó ir a comprar lo necesario para el almuerzo, ya luego iríamos a comprar comida y alcohol para la noche.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora