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—¿Eh?—volví a poner atención a la gente que estaba sobre el escenario, las otras competidoras me aplaudían y el juez estaba de pie esperando que yo reaccionara.

Caminé hacia el frente y recibí mi premio entre aplausos. No podía creerlo. Había tenido la cabeza en otra parte toda la tarde, y ahí estaba, recibiendo el primer lugar.

—¡Felicidades, hija!—papá me abrazó cuando nos encontramos en el vestíbulo del edificio.

—Te felicito, cariño—mamá también se unió al abrazo.

Mis amigas se acercaron, Chaeyoung estaba con ellas.

—¡Felicidades, Minari! —exclamaban mientras me abrazaban y me daban palmadas en la espalda.

Chae dio un paso hacia mí, las demás se hicieron a un lado para que pudiéramos mirarnos bien.

—Felicidades, Mina unnie—dijo con timidez—No sé si quieres un abrazo, porque no se si sigues molesta, pero...—no la dejé hablar más y salté sobre ella, dándole un abrazo apretado.

—Tonta Chaeyoung, estas empapada, no me digas que viniste a pie—le dije mientras me hundía en su húmedo cuello.

—¡El del taxi se metió a un atasco!—exclamó, correspondiendo mi abrazo.

—Aaaaw—hicieron nuestras amigas al unísono al vernos abrazadas.

Recordé que estábamos siendo observadas por todas las chicas y mis padres, así que solté el abrazo.

—Gracias a todas por venir a verme—dije.

Mis padres las invitaron a todas a comer a un restaurante de carne, para celebrar mi triunfo. Las chicas, especialmente Momo y Chae, festejaron la invitación.

Saqué una chaqueta que traía siempre en la maletera del auto y se la pasé a Chae para que se cambiara la que traía mojada.

Comimos mucho y delicioso, a algunas pudieron ir a buscarlas sus padres y a las que no, mis padres se ofrecieron a ir a dejarlas hasta sus casas, así que no hubo ningún problema con la vuelta a casa.

—Me alegra que tengas tantas amigas—papá comentó cuando ya íbamos de vuelta a nuestro hogar, después de dejar a Sana en su casa.

—Pareces muy cercana a Chaeyoung—dijo mamá, mirándome por el espejo retrovisor.

—Ella es la única que fue a verme en la competencia anterior—fue lo primero que se me ocurrió responder en el pánico.

—Es bueno que tengas amigas cercanas, siempre es grato recibir apoyo—la vi sonreír por el espejo.

De pronto me golpeó la realidad y pensé en el hecho de que me gustaba una chica. No les había contado a mis papás que me sentía atraída por personas del mismo sexo, no sabía exactamente cuál sería la etiqueta que podía definirme, porque Chae era la primera persona que me gustaba en mi vida. Sentí miedo por la posible reacción de mis padres si supieran cuales eran mis verdaderos sentimientos por Chae, que para mí no era sólo una amiga. ¿Serían padres comprensivos? ¿Se enojarían, se decepcionarían o dejarían de hablarme? Yo siempre asumí que serían comprensivos, pues para mí era algo normal que no importara el sexo de la otra persona, y ellos siempre me habían dicho que debía respetar a todos, sin importar su religión, color político u orientación sexual, pero nunca se sabe, a veces se predica pero no se practica.

Decidí que sería un tema que no debía tocar, después de todo con Chae solo éramos amigas, y llegaría una oportunidad en la que podría comentar a mis padres sobre mi orientación sexual, eventualmente.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora