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Desperté en la mañana con la luz del sol dándome en la cara. Sentí un peso sobre mi estómago. Miré hacia abajo y me encontré con el brazo de Chaeyoung rodeándome, la chica me abrazaba mientras dormía. Aún no recordaba todo lo que había pasado la noche anterior y me sonrojé por la situación. Antes de poder hacer algo, la puerta de la habitación se abrió, se asomaron Nayeon y Sana, que me miraron pícaramente.

—Lamento interrumpir sus dulces sueños—dijo Nayeon, guiñándome un ojo—pero son las doce del mediodía y el desayuno está servido.

Chae despertó con la voz de Nayeon, desconcertada me miró, sobándose los ojos, los cuales abrió sorprendida cuando me reconoció.

—¿Mina unnie?—preguntó agitada—¿Qué pasó anoche?

—Muchas cosas pasaron anoche Chaengie—respondió Sana.

—No pasó nada, Chae, solo tuve que ayudarte un poco para llegar a aquí—dije para tranquilizarla.

Ella se dio cuenta de nuestra cercanía y se apartó.

—Bueno, cuando estén listas, bajen a comer—dijo Nayeon, retirándose junto a Sana.

—Gracias—respondimos al unisono.

—¿De verdad solo me ayudaste a llegar a aquí?—preguntó la menor—¿Y luego nos dormimos?

—¿Qué más podría haber pasado?—se puso roja.

—¿No dije nada raro?

—¿No recuerdas nada?

—No, lo siento, si hice o dije algo extraño por favor dímelo—rogó.

Genial ahora sabía un secreto que no debía saber y la persona que me lo contó no recordaba habérmelo contado. Pude haberle dicho lo que me contó sobre Somi, debí hacerlo, pero no me atreví, no quería escuchar a la Chae sobria hablarme de ello.

—En serio, solo te mareaste un poco y yo te traje hasta aquí, luego nos dormimos.

—Muchas gracias por traerme y cuidar de mí, unnie—cambió la expresión de preocupación por una sonrisa.

Bajamos juntas a comer, Chae aún estaba un poco mareada y se tambaleaba un poco al caminar, era normal, con la cantidad de alcohol que había ingerido la noche anterior, que este aún causara efectos en ella. Fuimos las últimas en llegar, Sana nos levantó las cejas varias veces, molestando. Yo simplemente la miré fijo y cuando me puso toda su atención, miré a Dahyun, volví a mirarla a ella y repetí su gesto con las cejas. Ella abrió la boca sorprendida, y me apuntó con el dedo, yo asentí con la cabeza lentamente.

—¿Qué hacen ustedes dos?—nos preguntó Nayeon, sirviendo café en la taza de Chae.

—Nada—dije yo, y le sonreí de lado a Sana.

—No puedo recordar nada de lo que pasó anoche—dijo Momo, masajeando su sien.

—Yo si recuerdo, todo, fue muy divertido verlas a todas así—Nayeon se veía más animada que la noche anterior.

—Lo pase muy bien, gracias Nayeon—le dijo Jihyo.

Todas nos sorprendimos un poco al escuchar la forma tan amable en que Jihyo había tratado a su enemiga.

—Anoche estuvimos hablando con la señorita Park y logramos congeniar mejor—explicó Nayeon.

—Nayeon no es tan mala como parece—admitió Jihyo.

—Lo sabemos—Sana sonrió a su amiga, para darle a entender que llevaba todo ese tiempo peleando con Nayeon sin sentido alguno, por juzgarla sin conocerla. Se que eso significaba, porque a mi me sonrió de la misma forma cuando me di cuenta de que Chaeyoung no era una mala persona, si no una de las más lindas criaturas existentes en este planeta.

Malentendido (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora