Prólogo

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  El destino es algo muy confuso pero simplemente podría decirse que es como un libro que está escrito de inicio a final, no debemos hacer nada, solamente dejar que las cosas pasen.

Aun sabiendo que el destino es una línea recta, creo que no comprendo el por qué queremos desviarnos, y aun así sabiendo que este tiene todo planeado, ¿para qué nos asombramos?, no quiero sonar pesimista pero no creo en la suerte, todo está firmemente marcado en una profunda tinta, a veces esta tinta está elaborada con sangre, otras de oro y de diamantes, otras de esas que son tan invisibles que no se pueden percibir y nunca son notadas.

A veces hay puntos donde tu vida se hunde como un barco en aguas tranquilas y calmadas, no puedes explicarte el por qué suceden las cosas, crees que todo está girando hacia el final, y es allí que la esperanza llega a tocarte la puerta, disfrazada de una hermosa sonrisa y una caoba mirada.

Nunca crees enamorarte hasta que un día mientras todo era azul profundo y ennegrecido, llega alguien irradiando el amarillo, esparciendo luz y brillo, llenando un arcoíris en un lienzo que antes se encontraba profundamente vacío.

Pero el destino lleva las cosas a su estilo, y el amarillo y el azul ennegrecido no pueden mezclarse o se fusionaran en verde, dejará de ser un lienzo original a algo simple y natural, algo opaco y sin vida, el amarillo no puede arruinar su belleza y su brillo inundándose de la obscuridad de un color tan normal.

Allí te das cuenta que la esperanza muere, se va así como vino, y descubres que el primer amor está destinado a conocerte, pero jamás a quedarse contigo.

Simplemente EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora