09 de Agosto, Verano
-¿Xander?
-Me da pena ajena, es deplorable.
-¡Cállate Rhos!, ¿Xander?, despierta.
Sentí que comenzaban a agitarme y fue cuando con dificultad semi abrí los ojos, aún era de noche, ¿Qué hora era? –Xander despierta.
-¿Enserio a eso le llamas novio?
-¡Que te calles Rhos!, ¡Xander!- Por fin pude despertar del todo y completamente sobresaltado -¡Demonios!- Me mareé al instante en que traté de sentarme, me dolía cada fragmento del cuerpo -¿Qué diablos te pasó?- Alice estaba frente a mí, llevaba un vestido de lentejuelas negro de flequillos, un estilo bohemio con disco y su cabello arreglado en una cola alta encrespada, por unos segundos la miré embobado por lo bella que estaba, hasta que una punzada en la cabeza me devolvió a la realidad -¡Demonios!- Llevé instintivamente las manos a mi cabeza para tratar de apaciguar el dolor –¡Oh por Dios!, ¿Quién te ha hecho eso en la cara Guess?- Sus manos fueron rápidamente a sostener mi cara, sentí que mis ojos se acristalaban de manera inconsciente, vi que alguien se colocaba en cuchillas junto a Alice, colocándole una mano en el hombro -¿Guess con quien te has peleado?- Sentí que mi voz se perdió cuando Rhos preguntó, siempre había tenido la capacidad de enfrentarle, pero no tenía valentía en esos momentos, no podía hablar, me sentía miserable, desechable, solo quería derrumbarme y sentirme peor, no sabía si ahora morirme era una opción, supongo que nunca aprenderé a valorar la vida mientras quiera perder la mía, Alice me analizaba el rostro con preocupación -¿Qué te ha pasado?, ¡Dios!, estás muy mal, te ves fatal, vamos a la casa...
-¡No!... No Alice...- No dejé que si quiera terminase de dar su sugerencia, no entraría a su casa con mis suegros allí y que me viesen en este deplorable estado, no me preocupaba que Rhos me viese así, él era un equis, pero ¿Sus padres?, seguro me condenarían a una paila en el infierno, misma que seguro tengo más que preparada desde el día que fui con la camiseta que decía Hellboy a la iglesia, tomé las manos de Alice entre mis manos, quitándolas suavemente de mi rostro y negando con la cabeza, la miré a los ojos –No Alice, yo...- Rhos se levantó con una mirada completamente fría, su clásica cara de vampiro se veía más tenue en las noches, podría jurar que ese chico sería perfecto para una película de vampiros, lástima que no soy director de cine y con sinceridad, tampoco quiero serlo, el chico negó con la cabeza y bufó algo molesto –No diré nada Alice, pero tampoco será mi problema ¿De acuerdo?- Caminó hacia la casa hasta que se adentró en esta, Alice suspiró y me observó por un instante -¿Fue tu padre?- Lo preguntó sin titubeos, y realmente, fue una pregunta esperando la completa afirmación, pues era notorio de que no le cabía dudas de eso, desvié la mirada, no pude sostenérsela por más tiempo, fregada mirada roja que como si fuese rayos equis te estudia por dentro, mira más allá de lo físico, estoy seguro de eso, ella negó con la cabeza y se incorporó de nuevo sobre sus pies, ofreciéndome una mano para ayudarme a levantar, la acepté y me levanté, pero al momento de que ella me miró mejor ya estando de pie, suspiró con algo que estoy seguro que era decepción, y es que sí, ella sabía lo de mi padre más que nadie en este fregado mundo, pero aun así, había faltado a su cumpleaños, mismo al que prometí no faltar y juré que nada en el fregado mundo me lo iba a impedir, y realmente no tuve un mayor impedimento que yo mismo, le había fallado de nuevo, ella no decía nada, solo se me quedaba viendo y no pude contenerle la mirada, miré hacia mis zapatos como única excusa para tener otro lugar hacia el cual mirar –Te he vuelto a fallar...- Mis palabras salieron apesadumbradas y tenues, si se pudiesen medir con colores las palabras que decimos, estoy fregadamente seguro de que esas que he soltado hubiesen sido un azul ennegrecido, uno de los colores que refleja la mayor inmensidad de tristeza en el mundo, o al menos, así siempre lo he percibido yo, y si las personas emanaran colores, el de Alice sería su clásico amarillo, pero esta vez, sin brillo, se veía opaca, se veía tenue, era como si parte de mi inmenso azul ennegrecido se fuese mezclado con su amarillo, no podía permitir que Alice fuese un simple verde, ella suspiró y se abrazó a la altura de su pecho –Guess- Me dijo con su voz notoriamente apagada que hizo que se quebrara más mi destrozada alma -¿Quieres caminar?- Preguntó a baja voz, casi susurrado, solo pude asentir con la cabeza, no sabía que más hacer, si hablaba, estaba seguro que iba a llorar, y para ser sincero, he llorado demasiado hoy.
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Simplemente Ella
Fiksi RemajaXander Guess es un chico de 16 años de edad el cual no ha tenido una vida sencilla, teniendo en cuenta que ha sido el peor error de sus padres, creció lleno de traumas que le generaron trastornos psicológicos, tiene un carácter fatal y una personali...