12 de Julio, Verano
El centro comercial me iba a dar un ataque de ansiedad enorme, había demasiados grupos de adolescentes tirando farándulas por todos los lugares, llevando pantaloncillos cortos y lentes de sol, "Hubiera preferido quedarme viviendo en la playa", estábamos a kilómetros de esta y estos vestían como si la tuviésemos a la esquina del enorme edificio, yo iba como siempre, a excepción de que me coloqué un suéter de tela franela, era gris oscuro, pero, estaba bien, no necesitaba nada más, Alice por su parte parecía disfrutar de las salidas a los centros comerciales, muchísimo más que yo, "Por mil millones más", ella llevaba un short de tachón alto negro de pequeñas rayas blancas verticales y acampanado, con una franela blanca, usaba unas convers y unos lentes de sol rosado, aunque vestía como todos los imbéciles que faranduleaban en el lugar, ella se veía magnifica y no sabía ¿Cómo lograba destacar entre todos?, cualquier cosa que usara le sentaba de maravilla, ¿Cómo era posible eso?, estoy seguro que aunque se pusiera un costal de papas, se le vería sensacional, una diosa de papas o algo así...
-Entremos allí- Casi como un tobo de agua fría, sus palabras me sacaron de mi imaginación de verla usando un costal de papas... Demonios... Creo que no estoy muy bien de la mente después de todo, asentí mirando la tienda de vestidos que Alice señalaba con su dedo, era un lugar pequeño, muy minimalista, con ropa demasiado sencilla, demasiado incluso para mis gustos... -Alice, ¿No prefieres entrar en algo como... No sé, "La Vogue"?- Ella me miró casi escandalizada -¡¿Vogue?!- Negó con la cabeza apretando las manos a su pecho, me he dado cuenta que cuando se avergüenza o entristece hace eso, "Uhm... ¿Son sus nervios eh?" –Claro- Rasqué mi cuello mientras observaba el lugar –No es que esté mal... Digo... No es que está mal, verás- Frunció el ceño y entrecerró los ojos, me miraba con cierta impaciencia de que terminase de hablar, pero de la misma forma era impresionante su estilo de amenazar sin ni si quiera hablar, solo mirándome, me trabé unas mil veces antes de poder conseguir algo que decir –No me gustan estos vestidos- Ella abrió los ojos con análisis, yo rasqué mi cuello nervioso, ¡Demonios!, esperaba no decir nada que la ofendiese o alterase de alguna forma –Cierto que eres Don Estilo- Casi pude volver a respirar luego de haber soltado todo el aire contenido de mis pulmones, hice una mueca con la comisura de mi labio izquierdo, mirando el rededor de la tienda -¿Don Estilo?- Alcé una ceja regresando mi mirada en ella, que había esbozado una sonrisa de superioridad –Claro tonto, ¿Olvidaste la ropa que me compraste la vez que nos escapamos del colegio?- Oh... Esos shorts negros que escogí eran la gloria de vérselos a Alice, detallan demasiado bien sus piernas y... ¡Demonios!, debo dejar de juntarme con el fregado pervertido de Ángel, a este paso sueno como pervertido puberto, sonreí triunfal de que ella recordase que le había comprado aquella ropa, fue cuando la había llevado a ese lugar de protección animal, ella me miraba expectante de lo que iba a decir, aclaré mi garganta –Bueno...- Hice una mueca pensativa –Esos shorts te sentaban genial- Vi que sus mejillas se encendían de rojo casi al instante, y no pude evitar carcajear divertido ante su reacción -¡Por eso lo compraste!, ¡Pervertido!- Había hablado tan fuerte que las personas cercanas voltearon al instante, mi semblante cambió al momento exacto en que una señora colocaba mala cara, y pasaba con toda intención justo al lado de nosotros, como si mirase vestidos –Hay que ver que estos jóvenes solo piensan en acostarse- La asesiné con la mirada, Alice bajó su mirada a sus pies abrazándose a la altura de su pecho, la conocía tan bien que sabía que esa expresión solo la hacía cuando algo la había hecho sentir mal, y no, esa vieja chismosa no me arruinaría la mañana, ya mucho tenía con ir a una cena con mi padre en la noche como para aguantar a una desconocida con aires de santurrona, bufé ya con la sangre hirviendo ante su comentario -¿Acostarse?- La señora dio un saltito espantada, quizás no esperaba que respondiese ante su opinión dada y claramente no pedida, sin embargo, aunque mi voz salió notoriamente gruesa y con mayores aires de frialdad de lo que esperaba, la mujer no titubeó ante su metiche opinión –Sí, lo que oíste, hay que ver que la juventud tampoco respeta a los mayores- ¿Respeto a los mayores?, debí escuchar esa fregada frase toda mi chingada vida cada vez que mi padre me golpeaba, sentí que cada músculo de mi cuerpo se tensó en ese momento, iba a perder el control de mi ira, sentía que si pudiera y mis ojos fueran cuchillas, ya la fuera apuñalado no sé... Unas setenta veces quizás, la mujer parecía claramente intimidada, pero no se retractaba ni se iba, así que me correspondía hacer que se largara, no dirigía mirada hacia Alice, sabía que sus ojos me suplicarían irnos, pero, no podía irme, no en ese momento, no con la sangre bombeándome en las orejas por la ira, eso sí que no -¿Respetar a los mayores?, ¿A qué mayores?, ¿A los que no se les enseñó meterse la lengua en donde usted sabe, si no se les ha pedido sus opiniones?, ¿Los mayores que van faltando el respeto a todos y creen poder exigirlo?, ¿Qué quiso dar a entender con su comentario?- La mujer pareció que se había quedado sin saliva, sus ojos estaban tan abiertos mirándome que hasta ocasionaban risa, pero mi expresión de asesino serial no la iba a cambiar por nada del mundo –Los jóvenes de hoy en día van por todos lados solamente hablando de sexo- Tenía mis manos empuñadas, podría asegurar de que si no era porque era una mujer, ya hace rato le fuera dado un trancazo, me acerqué un paso hacia ella, y por instinto retrocedió, no sabía porque le tomaba una cierta fascinación a intimidar a personas de esa clase -¿Insinúa que mi novia es una perra?- Las palabras salieron de mi boca con mayor aire de amenaza del que esperaba, la mujer casi se ahogó al instante -¡Yo no he dicho eso!- Exclamó notoriamente enojada, ojeé a Alice antes de continuar con esto, pero ella parecía pasmada en su lugar, y no me había percatado de que personas cercanas contemplaban el show, "Fregados metidos de la chingada" –Pero lo ha dicho- Pronuncié fríamente sin apartar la mirada de los ojos de la mujer -¡No pongas palabras en mi boca!
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Simplemente Ella
Teen FictionXander Guess es un chico de 16 años de edad el cual no ha tenido una vida sencilla, teniendo en cuenta que ha sido el peor error de sus padres, creció lleno de traumas que le generaron trastornos psicológicos, tiene un carácter fatal y una personali...