Capitulo L

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21 de Junio, Inicio del Verano


No tenía ganas de nada, realmente de nada, estaba garabateando cosas sin sentido en mi libreta, aún era demasiado temprano para que los hipócritas comenzaran a llegar al salón de clases, hundía mi cabeza en una de mis manos mientras que la otra hacía algo que parecía ser el muñeco que alguna vez fue marca del Chinotto, ya saben, ese refresco que fue suplantado por el 7up varios años después dejando casi en quiebra a la empresa, y luego fueron surgiendo nuevas marcas hasta que la receta original quedó casi por olvidada, y mientras me dispersaba en mis pensamientos, considerándome un artista por mi fatal obra de arte, sentí que alguien tomaba el asiento junto a mí, al mirar de reojo, vi que Alice esbozaba una sonrisa indescifrable mientras me observaba, blanqueé los ojos antes de dirigirme a ella -¿Qué quieres Lynn?- Pregunté sin ganas, realmente hoy no era uno de esos días del todo buenos para mí -¿Tienes planes?- Su pregunta me tomó por sorpresa, quizás la última vez que esta chica me había invitado a salir a mí, tomando ella la iniciativa, había sido... Ahm... No lo sé, ¿Noviembre?, en fin, suspiré hondo y traté de esbozar una sonrisa, pero contrario a esto, solo pude alzar una ceja -¿Cuáles son los planes?- Pregunté, sin poco interés, pero con mucho asombro, ella esbozó una sonrisa, que, a mi parecer había estado siendo forzada, por alguna razón sabía cuándo ella mentía, no era precisamente buena para eso, quizás, era demasiado buena para esas cosas poniéndolo de esa forma –Podemos...- Mordió su labio inferior, quizás con tanta fuerza por lo que parecía ser nervios, que se colocó de un tono más rojo de lo habitual -¿Podemos hacer algo esta noche?- Alcé una ceja, ahora la intriga si me estaba consumiendo por dentro -¿Ujum?- Musité como pregunta y ella lo entendió –Solo... ¿Puedes conducir siguiendo mis indicaciones?- Me dio mala espina de repente, ella no sabía ni donde se encontraba parada, se perdía con facilidad incluso dentro de su propia casa, y fue una forma muy divertida en que la había descubierto -¿Xander?- Pronunció, regresándome a la realidad, pesadamente asentí con la cabeza –De acuerdo- Musité hundiendo mi cabeza entre mis brazos cruzados apoyados de la mesa –Solo no me molestes por un rato- Vi con los ojos medio cerrados que su sonrisa titubeaba, estaba seguro que algo no iba del todo bien, no quería pensar en eso, traté de calmar mi ansiedad y dormir en el asiento.

...


-Muy bien, Guess, ¿Puedes decirme por qué esa cara de infarto?- Me encontraba sentado fumando en las gradas cuando Ángel se ha sentado a mi lado observándome, solté un suspiro cansado y no le dirigí mirada, él volvió a preguntar y no me ha quedado de otra que dar una contesta que a mi parecer, fue bastante seca –Alice me ha invitado a salir.

-¡Fregados Tigre!, eso es algo bueno- Sentí que mi mandíbula se tensó al haber apretado un poco los dientes, él me miró y enseguida notó de que algo no iba del todo bien -¿Hay algo malo con eso?- Preguntó, si había otra persona en el mundo con la misma capacidad de Guel para reconocer mis cambios de humor, era Ángel, blanqueé los ojos dándole otra calada al cigarrillo, a veces pienso que ya debo dejar esta basura, aunque en comparación a antes, solo fumo cuando algo me está estresando demasiado, y para ser sincero, desde que ando con Alice, ya no tiendo a estar estresado como antes –No es que...- Solté el humo de la calada sin mirar a otro lado que no fuese hacia el frente –No es que sea malo, solo que... La última vez que algo así ha ocurrido, ha salido de la chingada- Volví a tomar una calada al cigarrillo, esa había sido la última, ya se había acabado, Ángel alzó una ceja mirándome y sonrió un poco negando con la cabeza -¿No ha sido en su casa su última salida?- Pronunció divertido, sentí que me sudaron las manos del tiro, y que el fuego que siempre aparecía a quemar mi estómago, esófago, laringe, faringe hasta incendiar mis mejillas y mi rostro volvió a aparecer de una forma muy inapropiada, Ángel me observaba con su rostro de intriga y perversión "Fregado pato con estreñimiento", pensé, a lo que él siguió soltando su risilla pervertida –Eso no cuenta Ángel- Exclamé con mucha frialdad, mientras que él aún me dedicaba esa mirada pervertida –No ha sido diferente Guess, ella te ha invitado a su casa.

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