Simplemente Ella

Capitulo LXIII

12 de Agosto, Verano...

-Alice... Alice...

-¡Está Despertando!- Tengo un terrible dolor de cabeza, ¿Dónde demonios estoy?, abro los ojos cuando luces blancas golpean mi cara -¿Puede oírme señor Guess?- Suelto un gruñido que creo que han tomado por un sí, observo alrededor cuando logra aclarárseme la visión, un hombre de unos treinta y algo de cabellos castaños oscuros me está revisando, aparto de mala manera la mano del doctor de mí cuando hace un ademán de tocarme, pero alguien me toma del brazo –Cariño, el doctor solo intenta ayudarte- Me giro instintivamente y tengo a mi madre a mi lado, su aspecto es horrible, parece no haber dormido en años, sus ojos están hinchados como si hubiera llorado, ¿Qué demonios hago en el hospital?, ¿Qué ha pasado?, me agarro la cabeza cuando intento incorporarme y una punzada me hace marearme del dolor –Cariño no... No te muevas...

-Don...- Trago saliva cuando un recuerdo de lo que pasó surca mi mente, miro a mi madre y no sé qué expresión debo tener -¿Dónde está Alice?- Mi madre se me queda viendo unos segundos eternos, hasta que logra volver en sí y se pone de pie –Cariño Alice... Ella...

-¡¿Dónde demonios está?!

-Cariño trata de calmarte tuviste un shock emocional y...

-¡¿Qué dónde diablos está ella?!- Me coloco de pie y aunque cada parte de mi cuerpo me está doliendo, logro caminar y salir de la habitación con dificultad, me he arrancado las vías y no sé si eso habrá sido peligroso, pero ya me encuentro en el pasillo, escucho la voz del doctor tras de mí, pero, yo solo voy decidido a encontrar a Alice, paso por varias habitaciones, cuando me detengo en una en particular, sé que mi madre me está siguiendo tan rápido como puede, y yo no me he percatado que he salido corriendo, me meto a la habitación sin pensarlo, veo a la señora Lynn sentada en una silla, se para al instante en que me ve, creo que ha dicho mi nombre, pero veo a Rhos en una camilla, no me detengo a detallarlo y me abalanzo sobre él, le he dado un golpe a la cara y no he podido ni si quiera reaccionar hasta que ya lo tengo del cuello -¡¿Por qué maldita sea no condujiste bien?!, ¡Es tu maldita culpa!, ¡Ella se ha ido!, ¡Y tú estás aquí!, ¡Tú estabas manejando!, ¡Tú debiste morir, ella quería vivir!, ¡Maldita sea esto es tú maldita culpa!- Hago un ademán de volverlo a golpear pero alguien sujeta mi puño en el intento, me giro automáticamente y veo que es el señor Lynn, él no dice nada, no dice nada... Solo me abraza, sigo en shock, sigo sin reaccionar, volteo la mirada hacia Rhos y es cuando me percato que él está muy mal herido, tiene el rostro algo hinchado y varias vendas, un yeso en su brazo izquierdo y su pierna derecha, aprieto los labios cuando veo a la señora Lynn cubrirse la boca con ambas manos y negar con la cabeza, no deja de llorar, Rhos también hace lo mismo, el señor Lynn me suelta y, aunque él no está llorando, siento que se está conteniendo, me mira por unos segundos antes de hacerme una seña con la mano –Sígueme Guess- Miro a todos en la habitación, dirijo una mirada a mi madre y veo que le ofrece disculpas a la señora Lynn que solo sigue llorando, respiro hondo y siento que no reacciono ni codifico mucho mi entorno aún, el señor Lynn comienza a guiarme por varios pasillos antes de detenerse frente a una puerta, la toca y una mujer sale de esta, es una doctora, me muerdo los labios con fuerza, miro al señor Lynn como si mi vida dependiese de que él me hablara, pero solo se gira a verme, la mujer se hace a un lado y la puerta se abre, y... Y el mundo se me viene encima cuando sobre una camilla hay algo que parece un cuerpo, cubierto en sábanas blancas, no logro reaccionar y codificar nada hasta que el señor Lynn me hace una seña con su mano indicándome pasar, de la nada, me encuentro a mí mismo caminando hacia esa camilla, no sé por qué no puedo detenerme, no sé por qué hasta que estoy frente a esta y tengo sujetada la sábana, no quiero quitarla, no quiero hacerlo, no puedo, siento que nuevamente no puedo respirar, siento una mano en mi hombro, me giro y miro al señor Lynn junto a mí, que toma mi mano con la sábana y me ayuda a destapar lo que... Lo que no quería ver... Ella.... ¡Oh Dios!... Me cubro la boca con las manos y solo puedo negar con la cabeza, me giro y doy la espalda a la camilla -¡Maldición!- Suelto las manos en un golpe al aire y me giro hacia la camilla, me acerco con tanto cuidado que siento como si la fuera a lastimar, ella... Está allí, parece dormida, sumamente golpeada, tiene muchos moretones, sus labios ya no están en un perfecto carmesí, ahora... Están pálidos, casi amoratados, sus mejillas que siempre son tan sonrojadas, ahora... Ahora son fantasmales con hematomas que decoran su sien, su frente, sus ojos están cerrados y casi puedo creerme que está dormida... paso una mano por su cabello, no... Yo no... No lo puedo creer, las lágrimas no han dejado de bajar desenfrenadamente por mis mejillas... Ella... Ella se ha ido... Ella, ella ya no está más, ¡Oh Dios no!, ¡Maldición!, ¿Por qué?, ¿Por qué me la quitaste?, ¿Por qué tan solo no?, ¡Diablos!, yo no...