Simplemente Ella

Capitulo XXX

15 de Marzo, Primavera.

Alice nunca vio mi mensaje, habían pasado dos semanas y ya me había resignado a que lo viese, me había dado por vencido, me habían dicho que ya salía con Naivol, no sabía si creerlo, pero sí que pasaban tiempo juntos, es un poco tortuoso, pero, estaba destinado a morir solo, "I think I'ma die alone inside my room", no era una simple frase al final de una canción, era para mí, un hecho que ocurriría, no sabía cuándo pasaría, pero sabía que sí iba a ocurrir, lo sentía, ahora más que nunca, porque son las 3:00am mientras me ahogo en nicotina, mirando el techo, solo en mi habitación, rechistaba, reprochaba, maldecía, todo internamente, un monologo conmigo o con los demonios internos que tenía, quizás con aquella marea que había dentro de mí, quizás pedía respirar un poco, o no lo sé, quizás solo me culpaba, ¿tuve que haberle hablado en persona?, solo había enviado un mensaje que seguramente quedaría en solicitudes, ella me había eliminado, y de su teléfono me había bloqueado, ¡Maldición!, sentía que me asfixiaba, había escuchado que amar dolía, que un desamor era un desgarre del alma y una ruptura irremediable del corazón, pero, jamás pensé que enserio sería capaz de doler tanto, ¡Joder, cuanto mataba!, esto era difícil, esto era doloroso, lágrimas corrían por mi rostro, nunca fuimos nada, pero se había metido tan dentro de mí, había dejado que pasara sin preguntar si quiera si planeaba hospedarse, y solamente fue un turismo, se había ido, y yo bueno, me había quedado como un fregado despechado, un payaso enamorado, ahogado en sentimientos y palabras que nunca pude decir, que fregada emoción tan patética, suspiré, arrojé el cigarrillo por la ventana y decidí tratar de dormir, era lo mejor...

...

Era día de la feria gastronómica en el colegio, todas las clases preparaban una feria de comida y las personas iban a comprar, yo aunque no quise participar, de igual manera debía cumplir 1hora de turno como vendedor, estaba harto de la gente, y de usar una gorra con un hot dog en la cabeza, este uniforme que eligió mi clase era del asco, una camisa a rayas verticales amarilla con rojo, y esta gorra del asco, yo jamás usaba gorra, estaba ignorando a las personas, realmente solo despachaba su absurdo hot dog, recibía el dinero, lo entregaba a la profesora encargada la cual era la de historia, y repetía el ciclo.

-2 Hot Dogs por favor- Los tomé y al girarme para entregarlo, los ojos rojos hicieron contacto con los míos negros, Alice era quien había pedido los Hot Dogs –Xander- Musitó en una voz torpe mientras no dejaba de verme –Ten, son 7,50.

-Sí... Si claro- Sacó de su bolso el dinero, con ella andaba Mar, pero se alejó al darse cuenta de mi presencia, a veces Mar hacía bien las cosas, en otras la odiaba, yo no iba a hablarle a Alice –Ten el cambio- Le coloqué el cambio en sus manos y ella solo se quedó observándome, no sé qué esperaba -¿Algo más?

-No... Bueno...- Sus mejillas se habían enrojecido, quería gritarle lo patética que se veía, luego de gritar odiarme, ¿ahora qué demonios pretendía? –Ujum- Musité, esperando saber si querría algo más, Mar entró en escena -2 gaseosas por favor.

-Sí, claro- Tomé las gaseosas y las coloqué en la barra, me di media vuelta, cuando la voz de la despeinada sonó detrás de mí –Xander...- Musitó, giré a verla pero fue como si se hubiese quedado sin habla -¿Sí?- Pregunté, esperaba que contestara, pero solo se me quedó observando, me adentré al aula, sé que pude haber dicho cuanto la extrañaba, pero mi orgullo me cortó las palabras, al verla, no pude sentir más que un nada, o quizás un todo, pero, ya no me afectaba, tal vez, la madrugaba mataba aquello que nos asfixiaba.

Mi turno terminó y pude quitarme este absurdo uniforme, aunque me dejaron conservar la gorra, ya me daba risa, no sabía por qué quise conservarla si me parecía patética, aun así, ya era mía, en fin, habían muchos sitios con comidas y yo ni idea de que quería comer, tenía un hambre fatal, en este día se me reflejó todos los días que no había comido, las dos semanas en las que comer se me hizo un martirio, y entre tantos olores y variedades, no me decidía por donde comenzar, así que me fui a comprar lo más básico, una hamburguesa, los que atendían el puesto eran Ángel, Guel y Winder, ellos eran de la misma clase, cuando reprobé el año pasado y mi padre tuvo que comprar el año, tuvieron que cambiarme de clase, así que no estudiábamos juntos, -Denme una hamburguesa y si demoran no les pago- Sonreí, ellos rieron y comenzaron con sus bromas –Para ti las hamburguesas cuestan el doble.