Capitulo LXII

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11 de Agosto, Verano...


-¡Joder!- Me caigo de la cama cuando escucho el fregado reloj despertador molestarme, qué chingada comenzar así la mañana, por unos segundos siento que no logro coordinar muy bien por qué ha sonado el fregado reloj, trato de enfocar la mirada cuando rayos leves de luz se cuelan por las orillas de mis cortinas oscuras, he tumbado todo lo de la mesita de noche al caerme, ¿Cómo he estado dormido cerca de la orilla todo este tiempo si literalmente tengo una cama King?, fregadas preguntas que me tengo que hacer en otro momento, con dificultad enfoco la mirada y comienzo a sobar mi cabeza por el golpe que me he dado, miro las cosas de la mesita tendidas por el suelo, con dificultad me estiro para poder tomar el despertador entre mis manos, miro la hora... 9:00am, ¿Por qué fregados he puesto el despertador a las 9:00am en pleno verano?, ya he logrado salir de la fregada preparatoria por primera vez en toda mi vida sin tener que ir a un fregado curso de verano, veo que la pantalla de mi celular se enciende y comienza a sonar, ¡No puede ser!, otra fregada alarma, ¿Qué demonios?, ¿Cuántas alarmas puse?, desbloqueo el celular y miro por fin el recordatorio de la alarma, "Hoy llega la entrometida", me paso una mano por el rostro, ¡Joder!, ¿Cómo me he olvidado de eso?, veo que la alarma la he configurado de hacía unos días atrás, "Por fortuna", pensé, de lo contrario, habría olvidado el regreso de esta fregada entrometida, casi al instante comienzan a sudarme las manos... ¿Estoy nervioso?, ¡Maldición!, prontamente recuerdo que debo hacer un par de cosas antes de la llegada de Alice, por lo que ella me ha dicho, debería llegar hoy a las 6:00pm, he decidido darle su espacio de llegada, aunque realmente, quería ir corriendo a abalanzarme sobre ella apenas llegara, pero sé que debe estar cansada por el viaje, así que aunque he insistido, al final hemos quedado en vernos en esa calle colonial, bajo el farol donde todo dio un verdadero inicio, donde realmente para mí dio inicio esta extraña historia, y debo admitir que mis nervios no son específicamente por volverla a ver, si no, porque he decidido cambiar ese anillo en su mano, y ser más directo, porque es momento de que mi plan sea verdadero, porque debo hacerlo, porque ella se entrometió en mi vida para ser mi ansiolítico perfecto, con su despeinada melena y su caoba mirada, no me quedó de otra que dejarla llegar y no pretendo que se vaya por nada, por eso, aunque no lo crea, aunque no crea que vaya a admitirlo, la necesito conmigo como nunca he necesitado a nadie más, porque me ha dado motivos, y esos... Esos para mí son más que suficientes para admitir que he aprendido a amar y todo gracias a esos ojitos caobas de una despeinada entrometida.

Me he apresurado a bañarme, me he cambiado tan rápido como puedo y bajo las escaleras a toda velocidad, mi madre está cocinando, lo sé por el terrible olor a... Creo que es cereal quemado, ¿Por qué diablos quema los cereales?, hoy no ha ido a trabajar, le toca guardia nocturna, así que me toca toparme directamente con ella cuando en mis planes estaba ir por una rebanada de pan para desayunar –Xander, ¿Por qué tanta prisa?- No me giro a ver a mi madre, pero casi puedo imaginarla con los brazos en jarras mirándome, lo sé porque sus fregadas ojos negros como los míos, puedo sentirlos sobre la parte trasera de mi cuello en estos momentos, pero si divago mucho en prestarle atención, me obligará a comer lo que sea que casi se escapa de esa de olla y que está calcinando, así que me apresuro a preparar la rebanada de pan con algo mermelada de moras azules y un vaso de jugo de naranja, me giro cuando ya tengo las mejillas echas buche, mi madre niega con la cabeza en señal de protesta -¡Xander!, ¡¿Me vas a explicar?!- Aún con mis mejillas hechas buche, logro colocar el peor de mis gestos, lo sé porque mi madre blanquea los ojos al instante en el que he reaccionado, trago con dificultad y miro a mi madre aburrido, sabe que odio que me hagan fregadas preguntas como si estuviese en un chingado interrogatorio, bufo cansado y tomo mi cartera en la mesa, reviso que se encuentren mis tarjetas y me giro hacia mi madre –Lo sabrás cuando lo anuncie- Mi madre abre mucho los ojos en asombro, niego con la cabeza y esbozo una sonrisa divertida, estoy tan fregadamente de buen humor, que nada podría hacerme cambiar mi ánimo, ha pasado un maldito año que no veo a mi entrometida favorita, y hoy por fin la veré, nada puede derrumbar mi ánimo, me acerqué a mi madre de dos zancadas y le estampé un beso en la frente, por su expresión, podría decir que se ha quedado perpleja, pero, la verdad, hasta yo me asombro de mis reacciones cuando estoy de buen humor, y es que mi vida no puede estarse pintando mejor... "Pintando"... Fregada artista entrometida...

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