usque in finem. (Eddie Munson)

007

Viernes, 12:00pm

Ema se encontraba caminando por los pasillos de la escuela escuchando música A todo volumen con sus audífonos, pensando en su vecino, el cual no había visto en todo el día así que supuso que no había ido. Al llegar a su casillero notó que alguien se paró detrás de ella y se giró encontrándose con Adam.

—Oh hola Adam—

—Hola, ammm estaba pensando en que no me respondiste lo de la cita— dijo algo apenado

—Oh cierto, lo siento. Si me gustaría salir contigo.—

—Encerio? Genial! Entonces te paso a buscar a las 8, te parece?—

—Si claro, no hay problema. Dame tu mano— La chica saco una pluma y anotó su dirección en la palma de el chico.

Ema se despidió y fue a la última clase. Por alguna razón, los días viernes salía más temprano que el resto de los días en la semana, lo cual se le hacía perfecto porque coincidía con el horario de su trabajo. La pelinegra trabajaba los viernes y domingos en la tienda de música que estaba en el centro cerca del trabajo de su hermana en la tienda de películas.

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La jornada escolar había terminado y la chica se encontraba ordenando los discos en la tienda mientras hablaba con su jefe. Un hombre mayor llamado Jimmy como de unos 40 años con vestimenta oscura y cabello largo de color blanco, barba y bigote.

— Como es posible que aún haya gente que crea que los aliens no existen— dijo la ella

— Se esconden entre la gente tan fácil que nadie lo nota. Yo podría ser uno y nadie lo sabría— habló el hombre mientras buscaba algo que poner en la tienda— Aqui está!!

Ema se giró con cara de asombro cuando comenzó a sonar la canción favorita de su hermana—Enserio Jimmy?! "Dancing Queen"?

—Que tiene? ABBA es genial— dijo mientras se movía al ritmo de la canción.

Jimmy se hacía ver serio y molesto pero en realidad no lo era. Siempre bailaba cualquier cosa y se reía de cualquier estupidez.

—Pensé que pondrías otra cosa pero está bien.—

Luego de unas horas, Jimmy se fue de la tienda, dejando a cargo a Ema pidiéndole que cerrara a las 6 de la tarde. La chica tuvo un día ocupado ya que, por ser día viernes, mucha gente fue. A ella le gustaba su trabajo, le encantaba la música y como se llevaba tan bien con su jefe, este casi siempre le regalaba algunos discos o cassettes de sus grupos preferidos.
Cuando ya eran las 5:50 de la tarde, Ema guardaba sus cosas, papeles y cuadernos de su escuela pues aprovechó que no había nadie para hacer sus deberes. Concentrada en lo que estaba haciendo, escuchó el timbre de la puerta y dijo—lo siento está cerrado.—

—Mierda, me paseé por todas las tiendas de música que había en el centro buscándote— la chica se giró y sonrió al ver de quien se trataba.

—Eddie, qué haces aquí? Porque no fuiste a la escuela?—

—Perdón por dejarte sola hoy linda, me quede dormido. Te estaba buscando emm Necesito decirte algo importante.—

Ella lo miró extrañada y tomó sus cosas para irse.— Bien dime, tengo que cerrar ahora, necesito ducharme y arreglarme para mi cita con Adam.

—De eso quería hablarte... creo que no es buena idea que salgas con el.

Ema solo se quedó parada como en shock por lo que dijo su ahora amigo.

—Que?— solo eso pudo decir.

—Mira se que sonará raro pero hace un rato quede de verme con un chico que quería comprarme algo de hierba y unas pastillas y cuando me pagó, se fue corriendo al auto de un chico del equipo de basket, creo que se llamaba Marcus. Cuando iba a mi furgoneta, pase cerca y los escuché hablando de Adam,del lago lovers y de ti pero de una manera no muy agradable. Así que vine al centro a buscarte.—

Morgan estaba sin moverse intentando procesar todo. Adam? Marcus? Drogas?

—Eddie no estoy para bromas ahora.—

—No estoy mintiendo Ema. Porque bromearía con algo así— el chico con cara seria se acercó a ella mirándola fijamente a los ojos.

—Seguro es un malentendido, estaré bien si? Adam parece buen chico.—

Eddie solo suspiro y asintió.—quieres que te lleve a casa?—

—Si por favor.— Dijo apagando las luces del lugar y cerrando la puerta con llave para luego subirse al auto del castaño aún pensando en lo que le dijo el chico.

El camino fue silencioso, el aire estaba tenso. Al llegar al parque de remolques, Eddie detuvo el auto y la chica despidió de él, agradeciéndole por llevarla. Antes de poder abrir la puerta, el la detuvo tomando su brazo.

—Por favor cuídate si? Estaré afuera un rato pero volveré como a las 12 aquí. Si necesitas algo, solo golpea mi ventana.—

—Si nene, gracias. Nos vemos luego.--

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