parte 74

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El destino era un parque un poco alejado del centro.

Era un parque tranquilo con macizos de flores y senderos que rodeaban un amplio lago.

Tan pronto como entraron en la valla, había un sendero lleno de hierba fresca y flores.

“Joven maestro, hay peces aquí.”

Hannah llevó a Theor cerca del lago.

Las carpas con patrones coloridos nadaban tranquilamente en el agua clara.

Al sentir que una persona se acercaba, las carpas salieron a la superficie al unísono.

“Así es como los alimentas.”

Hannah arrojó un puñado de pan rallado seco de la cesta a la superficie del agua.

Theor esparció migas de pan sobre el estanque con sus pequeñas manos.

Una bandada de carpas se reunió y luchó por comer migas de pan.

Coloridas escalas de rojo, negro y amarillo ondeaban en la superficie del agua.

“Tía, mira esto. ¡Peces!“

Astelle, conteniendo la risa, trató de acercarse a Theor.

En ese momento, una voz alegre detuvo los pasos de Astelle.

“Oh, ¿Señorita Astelle?“

Vio rostros familiares en la entrada del parque.

Florin con un vestido rosa claro y la marquesa Croiychen con un vestido morado.

Ambos vestían ropa de exterior.

“Hola, marquesa, señorita Florin.”

“¿Por qué tengo que encontrarme con esta madre e hija aquí?“

Astelle ocultó su molestia y los saludó cortésmente.

Florin dijo: “Tengo mucha suerte de encontrar a la señorita Astelle en un lugar como este.”

Mientras miraba a Florin hablando con ojos felices, Astelle se dio cuenta de que esta joven la estaba mirando.

“Qué esfuerzo tan inútil.”

La marquesa asintió con una expresión rígida.

“Ha pasado un tiempo.“

“Sí, mucho tiempo sin vernos.”

Astelle saludó a la madre y la hija con una sonrisa amistosa, pero dentro de su corazón, había un poco de preocupación.

Esta noche mi abuelo y Theor debían dejar la capital.

Si cometo un error, podría ser atrapada por el espía adjunto por estas damas.

Tendré que tener más cuidado.

“¿Tía Astelle?“

Theor, que estaba junto al estanque, corrió hacia Astelle. Hannah lo siguió con una mirada preocupada.

Theor se colgó de la falda de Astelle y preguntó: “¿Qué pasa?“

“No es nada. Acabo de encontrar gente que conozco.”

“Oh, dios mío, eres un lindo joven maestro.”

Florin miró a Theor con curiosidad.

“Él es mi sobrino.“

A Theor también le gustaba la linda y bonita Florin, por lo que cortésmente inclinó la cabeza.

“Hola señorita.“

cómo esconder al hijo del emperador (novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora