Capítulo II - Colisión.

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Iracundo Juan, por no haberle atinado a ninguna respuesta correcta del caso, llevado por los mil demonios, porque no aceptaba perder y mucho menos teniendo de verdugo a una mujer.

Una mujer con un potencial ímprobo, una mujer a la que había despreciado solo porque su tiempo se había acortado para ser puntual.

—Con que muy inteligente —exclamó Juan.

—Eres un consentido de papi y mami, repugnante e inhóspito, nadie te quiere por lo que eres, sino por lo que posees. Todo es tan superficial en ti.

—Lo soy, lo tengo todo, solo mírame, desciendo de una familia poderosa, sangre azul, todo lo que añoro lo poseo a mis malditos antojos. Solo fue un poco de suerte que respondiera acertadamente a los interrogantes del Dr. Schürrle.

—Eres un ególatra, falócrata que solo por el hecho de tener riquezas tangibles, te crees inmortal, pero al fin y al cabo son efímeras; yo también tuve una vida ostentosa y hoy no tengo absolutamente nada, la vida es como las agujas del reloj, giran sin detenerse, pero en cualquier momento se paraliza, ahora... dime, ¿en dónde hallarás la riqueza y paz del alma?

Juan, quedó titubeando, no alcanzó a mencionar otra palabra más, se quebró y sus ojos se cristalizaron por las palabras que Larissa le lanzó.

<<En el interior él sabía que algo de razón tenía la chica>>.

Siempre viviendo de momentos, cosas materiales y banales, nada duradero en su vida, lo podía tener todo, pero a su vez no tenía nada, padres ausentes que suplían todo con presentes ostentosos y costosos, amigos superficiales, solo lo buscaban en sus momentos de gloria y cuando ocurría el sismo en su interior, solo se hacían los ciegos.

Con su automóvil último modelo, emprendió como un bólido, lamentando no poseer un cariño sincero, viviendo en su gran oprobio y displicencia de sus padres.
Estaba obnubilado, entregándose al licor.
Esa chica morena, lo había herido.
Es cierto que con cabeza caliente nadie razona y con alcohol en el cuerpo, la sinapsis es tardía; Juan esa tarde colisionó frente a un árbol.

Crónicas de un alma valiente antes de ser occisa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora