Marco estacionaba su automóvil en el garaje principal de su departamento, mientras sacaba las llaves de la casa de su bolsillo.
Abrió la puerta, pasó a la sala, dejó el portafolios en la mesa de comedor, se dirigió a la cocina y se sirvió un vaso de agua, desabrochó su saco y corbata, muy aprisa se desplazó hacia el dormitorio y se apotronó en su reluciente escritorio, sujetó la pluma y un par de hojas, encabezó un poema, su declaración de amor:
"Diciembre 31 de 1960.
He observado el alba saludarme
cada mañana.
Metiéndose por mi ventana y trayéndome
su aurora y destellante sonrisa.
He divisado la vida a través del espacio que
habita en sus ojos.
He contemplado mi existencia en sus sempiternos labios rojos.
Ese carmín seductor y apasionado como
cada atardecer que abrazo.
Se la pasa contoneándose en mis pensamientos,
porque al cerrar y abrir los ojos lo primero que hago es mirarla a usted en mis evocaciones.
No había experimentado tal sentimiento, ese en
que se me estremece el pecho y activa mi cuarteto feliz.
Esbozo sonrisas y es gracias a usted, siento que cada uno de mis latidos le pertenecen a usted.
No quiero ahuyentarla, quiero que comparta sus momentos a mi lado.
Bendigo la hora, el minuto, la vida, el destino, el universo que la puso en mi camino... un sendero
que deseo recorrer junto a usted.
He aceptado que me hace feliz el solo hecho de compartir casos a su lado.
Mi alma le está siendo fiel, por si me acepta y dice que sí,
porque mi corazón está siendo el hogar perfecto para usted.Con cariño: Marco Marx".
Así cerraba la carta que Marco redactaba para Suzanne.
Y al tiempo Suzanne revisaba algunos pendientes, sus ojos estaban tan luminosos como la luna y cafés como las castañas naciendo de los árboles.
Tomaba una taza de té para apaciguar los nervios por la cita que se aproximaba.Empezó a llenar la tina con agua caliente, para entrar en calidez, relajarse y regar aromas por todo su ser. Al paso revisaba su armario para escoger un traje impecable.
Suzanne llegó a Frankfurt con un propósito, terminar su pregrado, adquirir experiencia en casos familiares, pero en raíces distintas. Pensó en todas sus metas y una nunca tuvo cabida en ellas... enamorarse.
¿Pero quién contradice el alma cuándo de amor se trata?
Su sentir estaba danzando al mismo son que el de Marco, embelesados estaban, se pertenecían sin tenerse, negarlo todo sería absurdo.
Suzanne tenía planeado volver a Suiza a mediados del próximo año; si su pasión hace estragos y se lanza de cabeza a correr el riesgo.
El reloj rotuló las diecinueve horas; Marco con su traje más elegante y perfume más penetrante y varonil, ascendió a su auto accionó el motor tomando la ruta principal, realizó un parada en la floristería más distinguida y compró tulipanes rosa para Suzanne. Siguió su camino hacia la Avenida Berger 97 N° 28 - departamento 119, a recoger a la dueña de su ensueño.La puntualidad regía en su vida, entonces a las 20:00 h, Marco descendió del auto, mientras Suzanne bajaba las escaleras.
Realmente esa noche ella resplandecía, un maquillaje sutil, el cabello le caía como un racimo de uvas, un delineado que resaltaba la profundidad de sus ojos cafés, el rojo carmín impregnado en sus labios, el cuello adornado con un collar de estrellas marinas, lo cual hacía el juego perfecto con las estrellas de la noche. Un vestido holgado estampado de flores de manzanilla y este descubría su torso y cubría sus tobillos, unas plataformas que remarcaba lo esbelta que era.Marco quedó petrificado ante tal despampanante beldad.
—Buenas noches, Sr. Marco, ¡qué puntualidad! —exclamó Suzanne.
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Crónicas de un alma valiente antes de ser occisa.
General Fiction¿Qué es de tu vida cuándo lo posees todo y a la vez nada? Cuando lo intangible lacera cada rincón del alma y ser. Por más que poseas, a veces no sirve de nada cuando suena el tic tac y lo más preciado de tu vida está a un paso del otro mundo. Dos...