¿Qué es de tu vida cuándo lo posees todo y a la vez nada?
Cuando lo intangible lacera cada rincón del alma y ser.
Por más que poseas, a veces no sirve de nada cuando suena el tic tac y lo más preciado de tu vida está a un paso del otro mundo.
Dos...
Larissa se dedicó a trabajar durante el primer semestre del 2001, para ahorrar y poder cubrir sus gastos y el cincuenta por ciento de la beca que Bastian le había conseguido. Aunque la beca fue aprobada para el primer semestre de ese año, Larissa la postergó para el segundo.
En el Wagner Klinisches Labor, que pertenecía a la pareja de esposos Wagner, eran los médicos más pudientes en el ámbito de investigación, inmunología y virología. El más difícil de llevar era el doctor Ferdinand, pero su mente era tan brillante que a Larissa no le importaban sus regaños, solo aprender. Y se decía a sí misma que eso le crearía más carácter, experiencia y ventaja a la hora de enfrentarse al año clínico. Por otro lado la doctora Magda Wagner, era más serena, pero bastante rígida; las cosas debían llevarse a su modo y Larissa intentaba aprenderle hasta las pisadas. La Dra. Wagner tenía una especialización en hematología y serología de la imponente universidad de Heidelberg; pese a la rigurosidad del trabajo, Magda se preocupaba por el bienestar de Larissa, en ocasiones la invitaba a desayunar, también le decía que se tomara los fines de semanas para ella y sus estudios, le aconsejaba que se preparara para que arrancara el séptimo semestre con toda. La dra. Wagner ya había dejado claro el horario que cumpliría en el laboratorio: lunes, miércoles y jueves de ocho de la mañana a tres de la tarde. Le recalcó que los días que la universidad le impidiera asistir a sus turnos, no interesaba y que no le hiciera caso al gruñón de su esposo.
Los Wagner, tienen dos hijos gemelos de 23 años, Hans y Niklaus Wagner. Niklaus, estaba terminando su carrera de química en la Univerzita Karlova (Universidad Carolina), en la ciudad de Praga en República Checa y Hans se encontraba en Colombia en Leticia - Amazonas, adelantando unos ensayos acerca de su investigación sobre la diversidad de fauna y flora haciendo hincapié en las aves, pues Hans estaba culminando su carrera de biología. Como sus hijos ya son mayores de edad y estaban por fuera de casa el hogar se percibía bastante vacío, silencioso y triste, también esa amarga ausencia de los hijos había malhumorado al dr. Ferdinand, aunque se negara le fue haciendo un espacio a Larissa en su corazón y sentía cierto aprecio hacia ella.
—¿Están listas las muestras? —increpó el dr. Ferdinand.
—Sí, doctor. Ya están, las montaré en la centrífuga. —argumentó la joven.
—Espero los resultados luego...
—Descuide, yo misma se los llevo al consultorio, doctor Wagner.
Larissa entregó todo, limpió el área de la recepción de muestras, terminó el turno y se despidió de los doctores. Bastian la invitó a cenar, arreglaron algunos documentos faltantes, pues al día siguiente ella iría a matricularse en séptimo semestre de medicina, ya Bastian iba en el octavo, pero unas materias que no había aprobado las vería con Larissa, de eso dependía su aprobación al noveno o la repetición del octavo. Bastian cumplió veintitrés años el tres de marzo pasado.
Bastian era su alma gemela, ese amor de hermanos sin llevar la misma sangre, ese amigo supremo e incomparable. Larissa llegó pisando fuerte a la facultad, el dr. Schürrle la elogió y le dijo que era un gusto tenerla de vuelta. La joven se desarrollaba con amplitud, nadaba como pez en el agua con todos sus conocimientos. Sin duda alguna la medicina la había escogido a ella, era un amor genuino que no tenía vuelta de hoja y ella disfrutaba entregarle cada segundo de su vida. A Bastian las notas no le alcanzaron, repetiría octavo semestre; no le importaba tanto haberlo perdido, porque sentía un poco de entusiasmo por dentro, sabiendo que Larissa había aprobado con honores, en medio de todo el jardín la abrazó y le dio dos vueltas, él estaba más dichoso que la propia Larissa, que la reincidencia de Bastian en perder semestre le empañaba el gozo, pero Bastian le dijo que en cierta forma había sido intencional para poder estar en el mismo semestre y avanzar juntos, que le vendría muy bien a él porque ya no perdería ningún corte.
En festividades de fin de año, Larissa pudo conocer a los padres de Bastian, no dialogaron mucho y ahí entendió por completo la actitud de su amigo. Sus almas se sanaban entre sí, en ese cariño inmenso y afable que hacían del áspero camino más fácil de andar.
También alternaba entre los turnos del laboratorio y algunos en el Hospital Central Universitario Alemán, en ocasiones rotaba con la jefe Heel, pero la jefe no tenía buena memoria para recordar caras o con quién compartía turnos día a día. Larissa no era de hacerse notar mucho, pero cuando de su trabajo, aprendizaje y turnos se trataba siempre destacaba.
El sábado dos de febrero de 2002, rendirían un parcial de anatomía, el domingo uno en patologías y el lunes en farmacología, estaban evaluando cada facultad de la universidad para sacar los mejores cinco estudiantes de cada facultad; para así cubrirles los gastos en la especialización que escogieran en cualquier universidad del mundo. Una oportunidad de vida a muerte, sin dudar. Las primeras en presentar las pruebas serían: Medicina, química y biomédica.
Después de eso darían inicio a sus semestres en total normalidad, los resultados llegarían en agosto. De la nada apareció Juan Schmidt, quien se encontraba en una investigación en la universidad de Glasgow, Escocia. Era el nieto del expresidente del país Karl Schmidt, era tan prepotente, obstinado y humillativo, que le importó cinco llevarse a Larissa por el medio e intratarla, esto no cayó en gracia de muchos, menos en la de Bastian, pero Larissa le pidió que no se metiera que podía defenderse sola de los insultos de Juan. En la atmósfera se respiraba la tensión de la discusión que quedó para después del parcial de anatomía. Larissa se ganó el cariño de muchos, pero también el resentimiento fue habitando el corazón de otros. Y uno de esos era Juan, Larissa había destronado su arrogancia en tres segundos con cada respuesta acertada en la evaluación del dr. Schürrle. No contento con todo eso Juan volvió a increpar a Larissa y esta vez la joven no se guardó nada, la palabras de Larissa entraron como dagas en el pecho de Juan y este fue el detonante para aquella disrupción mortal.
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Nota de autor: ¡Nuevos capítulos!, nuevas historias. Estoy emocionada por todo lo que puede suceder y todas las ideas locas que se pasan por mi cabeza. Todas las imágenes son referenciales y las descargo desde Pinterest, créditos para todos ellos. Espero que les guste mucho el capítulo y háganme saber en comentarios qué fue lo que más les gustó y sus suposiciones. Los adoro y gracias por leerme. ❤✍🏾