(EN CORRECCIÓN)
Las personas correctas son los únicos que te hacen cambiar.
Hannah Potter, quien es conocida como la niña que tuvo suerte al sobrevivir junto a su hermano, Harry Potter, cuando intentaron asesinarlos. Ambos recibirán la noticia de...
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Esa misma noche en el castillo de Hogwarts, Draco y Blaise se escabullian por el castillo para ir a la torre de Gryffindor. Los pasillos estaban despejados mientras eran iluminados por el luar de la luna, ambos jovenes se escondieron detrás de un pilar cuando vieron a los hermanos Carrow pasar frente a ellos.
Apenas cruzaron por otro pasillo, los chicos corrieron hacía las escaleras que se mueven y comenzar a toda prisa.
- ¡Espero que no se muevan porque me muero! - exclamó Blaise mirando hacía atrás cada tanto tiempo.
-¡Tu fuiste el que tuvo la idea de venir por aquí! - respondió Draco de la misma forma dando sancadas de dos en dos en los escalones - pirqui is mis rípidi - imitó la voz de su amigo.
-¡Aaah! - gritó Blaise cuando terminó de pisar el escalón que daba inicio al otra escalera cuando sintió que se movió la de atrás. Draco lo voltió a ver, golpeandole la cabeza.
- Cállate, idiota- exclamó en un susurro fulminandolo con la mirada - Es por aquí, cobarde.
Llegaron frente al retrato de la señora gorda, quien se sobresaltó cuando los vió.
- ¿Que hacen dos serpientes aquí? - preguntó de mal humor.
- Pastel de calabaza- pronunció Blaise leyendo el pergamino.
La señora gorda los miró molesta.
- Hace unos años un intruso entró sobre mi porque me dijo la clave y no permitiré que ustedes entren.
- Pero dijimos la clave y no somos intrusos.
- Creo que aun está resentida porque dejó entrar al Black en tercer año - dijo Draco en burla, viendo como la señora gorda lo miraba molesta -, no nos deja entrar a nosotros, que somos estudiantes pero si dejó entrar a un señor mayor con ropa de prisionero.
Ambos comenzaron a reirse de la señora gorda a carcajada, ella los fulminaba con la mirada aguantando las ganas de asesinarlos si tan solo pudiera salir del retrato.
- Ya callense par de serpientes - se quejó mientras se abría para darles paso -, ya entren ¡Y no quiero que sigan hablando de ese día!
Los chicos entraron sin dejar de reirse de la señora gorda hasta que esta se cerró, al voltearse; los dos quedaron paraliticos al ver la altura que tenia la sala común. La chimenea estaba encendida y los sofas que normalmente estaban frente a la chimenea habían desaparecido y fueron suplantados por bolsas de dormir y en ellas se encontraban algunos estudiantes de diferentes casa y de diferentes años.
- Si vinieron - dijo la voz de Seamus mientras acomodaba unas sabanas.
Todos se les quedaron mirando sin expreción alguna. Neville y Seamus se acercaron a ellos rápidamente para luego darles dos tazas de té para luego guiarlos hacía los sofás que estaban tirados en una esquina.
