Capítulo 154

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CIENTO CINCUENTA Y CUATRO

CIENTO CINCUENTA Y CUATRO

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Los días posteriores después del fracasado cumpleaños de Draco, Scorpius no le habló a Hannah por varios días; Draco, era quien se encargaba de hablar con él, los cuales terminaban en discusión la mayoría de las veces, dejando incomodidad en el ambiente entre madre e hijo. Hannah hablaba con él con naturalidad, sabiendo que la actitud que su hijo tomaba, no era la indicada; pero sus tratos hacia ella le hacían sentir menos.3

En el pueblo, un día antes del cumpleaños; Hannah decidió no darle importancia al trato de Scorpius y comprarle un regalo de cumpleaños, pensando en que comprarle para que no piense que es un regalo de disculpas, o una opción para hablarle.

―¿Qué es esto?―preguntó en bajo, tomando una caja de una repisa y ver la imagen con más atención.

La caja era de un color naranja intenso, con franjas verdes, una cubierta transparente de acetato que protegía el interior, era una pistola lanzadora de bolas apestosas; en una esquina tenía pegada una etiqueta con la palabra "creaciones del mundo muggle"

―¿Lo vas a comprar para dispararme con ella, Potter?― preguntó Draco detrás de ella, fingiendo un tono odioso mientras posaba una mano sobre su cintura y pegando su barbilla en el hombro derecho de Hannah.

―Solo si hace que te calles, cuando dices tonterías―responde, volviendo a poner la caja en su sitio.

―¿Por qué no le compras un libro?

Hannah lo miró rodando los ojos, acompañada con una media sonrisa mientras se volteaba a verlo a los ojos.

―Debe vivir su infancia.

―¿Le comprarás algo a pesar de las cosas que dijo?

―Sigue siendo mi hijo

― Él no te trata como se debe―contestó en un tono molesto―. Hannah, si no merece un regalo, no se lo des. Eso no va a arreglar nada. Que él sea así no te hace la mala.

―No quiero que estemos así.

―Tranquila―posó una mano por detrás de su oreja, acariciando su cabello―. Hablé con mi madre, ella hablará con él.

―Espero que logré hacerlo cambiar.

―Lo hizo conmigo.

―¿Eso fue cuando eras mimado e inmaduro?―preguntó la chica con una sonrisa picara.

―Sii―contestó en un tono seco, rodando los ojos.

Hannah miró por detrás del hombro de su esposo, viendo que en un estante había una caja de juego de ajedrez mágico.

―¿¡Y si le regalamos un ajedrez mágico!?―exclamó en alto. Dejando a Draco a un lado para correr hacia el estante y tomarlo para mostrárselo al chico, acompañado de una amplia sonrisa―¿Qué te parece? ¿Se la regalamos?

Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora