Capítulo 43

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CUARENTA Y TRES

CUARENTA Y TRES

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—¡No pueden hacer eso! — protestó George Weasley, que no se había unido a la multitud que avanzaba hacia la salida sino que se había quedado quieto, de pie y mirando a Dumbledore —. Nosotros cumpliremos los diecisiete en abril: ¿por qué no podemos tener una oportunidad?

— No me van a impedir que entre — aseguró Fred con testarudez, mirando a la mesa de profesores con el entrecejo fruncido —. Los campeones tendrán que hacer un montón de cosas que en condiciones normales nunca nos permitirían. ¡Y hay mil galeones de premio!

—Sí —asintió Ron, con expresión soñadora—. Sí, mil galeones...

—Vamos —dijo Hermione—, si no nos movemos nos vamos a quedar aquí solos.

Narra Hannah.

Harry, Hermione, Ron, George, Fred y yo salimos por el vestíbulo ; los gemelos iban hablando de lo que Dumbledore podía hacer para impedir que participaran en el Torneo los menores de diecisiete años.

—¿Quién es ese juez imparcial que va a decidir quiénes serán los campeones? —pregunté mirando a Fred.

—No lo sé — respondió Fred —, pero es a él a quien tenemos que engañar. Supongo que un par de gotas de poción envejecedora podrían bastar, George...

— Pero Dumbledore sabe que no tienes la edad — dijo Ron.

—Ya, pero él no es el que decide quién será el campeón, ¿no? — dijo Fred astutamente —. Me da la impresión de que cuando ese juez sepa quién quiere participar escogerá al mejor de cada colegio y no le importará mucho la edad. Dumbledore pretende que no lleguemos a presentarnos.

— ¡Pero ha habido muertos! — señaló Hermione con voz preocupada mientras atravesamos una puerta oculta tras un tapiz y comenzábamos a subir otra escalera más estrecha.

—Sí —admitió Fred, sin darle importancia—, pero eso fue hace años, ¿no? Además, ¿es que puede haber diversión sin un poco de riesgo? ¡Eh, Ron!, y si averiguamos cómo engañar a Dumbledore, ¿no te gustaría participar?

—¿Qué te parece? —le preguntó Ron a Harry —. Estaría bien participar, ¿no? Pero supongo que elegirán a alguien mayor... No sé si estamos preparados...

—Yo, desde luego, no lo estoy —dijo desde detrás de Fred y yo la voz triste de Neville— . Supongo que a mi abuela le gustaría que lo intentara. Siempre me dice que debería mantener alto el honor de la familia. Tendré que... ¡Ay!

Neville acababa de hundir un pie en un peldaño a mitad de la escalera. En Hogwarts había muchos escalones falsos como aquél. Para la mayor parte delos estudiantes que llevaban cierto tiempo en Hogwarts, saltar aquellos escalones especiales se había convertido en un acto inconsciente, pero la memoria de Neville era nefasta. Ron y yo lo agarramos por las axilas y le liberamos el pie, mientras una armadura que había al final de la escalera se reía con un tintineo de sus piezas de metal.

Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora