CUARENTA Y NUEVE
Narrador.
Al despertar el domingo por la mañana, a Hannah le costó un rato recordar porqué se sentía tan mal. Luego, el recuerdo de la noche anterior estuvo dándole vueltas en la cabeza. Se incorporó en la cama y movió las cortinas para ver el exterior, al parecer Hermione se las cerró, notó que no había nadie en el dormitorio, Hannah se vistió sin ánimos y unos minutos después salió del dormitorio y bajó la escalera de caracol para llegar a la sala común. En cuanto apareció, los que ya habían vuelto del desayuno prorrumpieron en aplausos. La perspectiva de bajar al Gran Comedor, donde estaría el resto de los alumnos de Gryffindor, que la tratarían como a una especie de heroína, no lo seducía en absoluto. La alternativa, sin embargo, era quedarse allí y ser acorralada por los hermanos Creevey,
Cuando bajo a los pasillos, a mitad de camino, alguien pasó justo por su lado y la tomó del brazo bruscamente para llevarla hasta detrás de un pilar.
—¿Estás loca? — dijo Draco apenas la apegó al pilar —¿Por qué hiciste eso?
—Draco, yo no coloqué mi nombre en el cáliz. Créeme — dijo Hannah explicandole todo.
—Sí claro. Eres igual a tu hermano — dijo con asco — siempre quieren ser el centro de atención.
—¿Qué te pasa? — pregunta Hannah molesta— ¿Por qué crees que soy como mi hermano, tonto?
—Por el simple hecho que a ambos los ven como héroes y aman ser la pieza principal, los idolatrados.
—Pensé que me creerías, pensé que sabrías que yo no soy capaz de hacer algo así y lo sabes — Hannah lo empujó para apartarlo de ella —Después de tantos años conociéndonos creí que me conocías bien, pero veo que no.
—Pensé que te conocía hasta ahora. Apuesto a que entraste para estar con ese tonto de Diggory... —se detuvo por lo que había dicho —Hannah, lo siento. No quise...
Hannah lo empujó más fuerte haciendo que Draco chocara con la pared.
—No te disculpes, dijiste lo que siempre quisiste decirme y jamás te atreviste. Eres un idiota y un irrazonable — dijo furiosa para luego salir de donde estaba e irse al gran comedor.
Cuando estaba por llegar, Hermione iba saliendo del gran comedor y se acercó a Hannah.
—Hola —saludó ella, que llevaba una pila de tostadas envueltas en una servilleta—. Te he estaba por llevar esto... ¿Quieres dar un paseo?
—Buena idea—le contestó Hannah agradecida.
Cruzaron aprisa el vestíbulo sin desviar la mirada hacia el Gran Comedor y pronto recorrían a zancadas la explanada en dirección al lago, donde estaba anclado el barco de Durmstrang, que se reflejaba en la superficie como una mancha oscura. Era una mañana fresca, y no dejaron de moverse, masticando las tostadas, mientras Hannah le contaba a Hermione qué era exactamente lo que había ocurrido después de abandonar la noche anterior la mesa de Gryffindor. Para alivio suyo, Hermione aceptó su versión sin un asomo de duda.
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Mi patronus ¿Una Potter? Parte I -Draco Malfoy
Fanfic(EN CORRECCIÓN) Las personas correctas son los únicos que te hacen cambiar. Hannah Potter, quien es conocida como la niña que tuvo suerte al sobrevivir junto a su hermano, Harry Potter, cuando intentaron asesinarlos. Ambos recibirán la noticia de...