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Era un día soleado, había un poco de brisa mañanera, un chico de cabello color avellana se bajaba del autobús que lo dejaba al frente de su universidad, era día lunes, había pasado el fin de semana con sus padres, al ser un campus bastante grande la universidad les daba habitaciones a los estudiantes, el muchacho caminó hacia la habitación que le habían designado dos meses atrás, era su primer año de carrera. Las habitaciones estaban separadas por castas: Omega; Beta y Alfa, esto obviamente era para evitar problemas y posibles abusos de los Alfas a los Omegas sobre todo. La residencia de los Omegas contaba con dos guardias de seguridad, que iban haciendo turnos, dos de día y dos de noche.

Al llegar a la residencia se encontró con Jim, un guardia Beta que siempre estaba en las mañanas con su compañero Joel.

– ¡Buenos días, Tord!-. Dijo alegre el hombre.-. ¿Cómo te fue con tus padres?

– ¡Buenos días!, bastante bien, ¿no han tenido problemas por aquí?-. Decía el de cabello avellana llamado Tord con una sonrisa.

– No, ha estado todo tranquilo jeje.

– Me alegró, bien Jim te dejo que tengo que ir a alistarme para mi próxima clase.-. Dijo el Omega mientras entraba a la residencia.

Dejó su mochila tirada en en su cama, gracias a dios le tocó una habitación para una sola persona, no es que fuera antisocial o algo por el estilo, pero le gustaba mucho tener su propio espacio.

Rebusco en una cómoda un libro de Robótica básica que les habían pedido para la materia a la cual iba a asistir en ese instante, tomó otra mochila más pequeña, y metió todo lo que necesitaba para ese día, como siempre, se aseguró de tener su manopla en los bolsillos, siempre la tenía en caso de emergencia, sobre todo por si un alfa quería propasarse con él, era un chico bastante atractivo y el hecho de que tuviera su cuerpo trabajado y con músculos lo hacía más atrayente, porque era extraño que un Omega tonificara su cuerpo de esa forma, por lo general estos se veían más suaves y delgados, hablando de Omegas masculinos, la mujeres Omegas se veían más pequeñas que los hombres.

Antes de salir del lugar se vio en el espejo, arreglo sus dos cuernos, era un peinado bastante excéntrico pero era natural, no podía hacer nada con su cabello, luego miro su rostro, sus ojos rubí se encontraron y con su cabeza asintió para luego salir de la habitación.

Al caminar unos minutos se topó con las escaleras que lo llevarían a su clase pero antes de poder tocarlas para subir, un chico se le abalanzó y cayeron de golpe al suelo.

–¡Buenos días Tord!-. Dijo un Beta de ojos verdes que estaba encima de él.

–¡Muévete Edd, me aplastas!-. Lo empujó hacia un lado, mientras el chiquillo reía a su lado.

– Ya perdón, no medí mi fuerza.... Jajaja.-. Dijo riendo el ojiverde que era más alto que Tord.

Ambos chicos se levantaron, Edd logró contagiar su risa al otro así que al final ambos estaban riendo.

El ojiverde era un amigo que conoció Tord el primer día de clases, cuando el de cuernos estaba perdido, fue el Beta quién se ofreció a ayudarle, era dos años mayor que él y estaban en diferentes carreras, así que cuando podían o en algunos recesos se juntaban.

–¿Cómo estás?-. Preguntó el oji rubí

– Bastante bien y ¿tú?-.

– Bien también-. Sonrió

– Oye cambiando de tema hoy vamos a juntarnos después de clases con Matt y Pat, y bueno van a traer a dos amigos más, ¿Vienes con nosotros?-. Sonrió ampliamente el de ojos Jade.

– Está bien, ¿en dónde nos juntamos?-.

– En la entrada de la Universidad, entre todo vemos a dónde vamos.-.

–Vale, me parece, ya me tengo que ir , que la clase ya va a empezar-. Dijo Tord despidiéndose con una sonrisa mientras subía las escaleras.

Edd asintió y se despidió con su mano en alto para luego irse.

Tord al entrar a la sala vio a varios de sus compañeros hablando, se sentó en un asiento que estaba hacia la pared, por alguna razón no le gustaba mucho hablar con ellos, excepto por Mark que aún no llegaba, era un Alfa menor bastante tranquilo, además el chico tenía una novia omega bastante agradable, también le gustaba hablar con ella, pero la chica era de otra carrera.

Pasaron unos minutos, Mark ya había llegado así que estaban hablando de lo que habían hecho el fin de semana, hasta que la profesora llegó y todos se fueron a sus puestos a poner atención a la clase.

En otro lado del campus, había un chico que cargaba un bajo en su espalda, con unos ojos negros intensos y unas ojeras bastante marcadas. Caminaba con pasos desganados, hasta que escuchó una voz gritar su nombre.

–¡Toooooooom!-.

– Matt... ¿Quieres dejar de gritar?, estamos a solo un metro de distancia...-. Suspiró el Alfa al ver que su amigo le sonreía ampliamente.

– Tampoco grité tan fuerte, oye, oye, nos vamos a juntar Paul y yo con unos amigos nuestros después de clases ¿te vienes?-. Dijo Matt un chico de pelo naranja y ojos celestes que también era Alfa al igual que Tom pero este era un Alfa menor a diferencia de Tom que era uno mayor.

– Uh...-. El oji negro le observó con flojera, Matt ya le estaba haciendo un puchero, ¡Dios! odiaba que le hiciera eso, y no era porque lo encontrara tierno, sino porque le asqueaba ese tipo de gestos.-. Vale, lo haré, pero deja de poner esa tonta cara que me da repelús.

–¡Yaay!, bien te veo después entonces, Adiós...-. Se fue corriendo mientras se despedía con un brazo en el aire.

Tom botó una bocanada de aire, el quería solo dormir después de clases, ayer se quedó en vela toda la noche, había hecho de todo para dormir pero simplemente no pudo, así que ahí estaba con un día que se volvió más largo de lo que pretendía.

–Maldito Matt y sus juntas de última hora...Ugh... Voy a tener que despabilar... Además me toca clases ...-. Arrepintiéndose de su propia existencia siguió caminando para llegar a su clase.

Thomas tenía muchas chicas y chicos detrás de él, al ser un Alfa desinteresado y al mismo tiempo educado con Omegas y Betas, era como si fuera un hombre ideal, claro estaba, que tenía defectos, pero eso solo se veía cuando lo conocías, el nunca aparentaba nada, es que ni siquiera valía el esfuerzo hacer eso, habían algunos rumores de que solo le gustaban los Alfas, ya que, sus dos padres son de esa casta; pero que equivocados estaban aquellos que lo pensaban, él odiaba a los Alfas, tampoco le gustaba ser uno, pero sabía que no podía cambiar su naturaleza, así que hizo lo posible por dominar a su lobo interior y sus impulsos, tomaba supresores para Alfas, que la mayoría solo los tomaban Alfas femeninas y siempre traía consigo una pelota especial que al apretarla desprendía un olor que ayudaba a neutralizar olores de omegas en celo, le ayudaba a controlar a su lobo, odiaba lo bestia que eran los de su casta, esos de las jerarquías también no le veía el sentido, ¿Por qué un Omega no puede ser dominante?, era una de las tantas cosas que se planteaba Tom y no lo decía solo por lo sexual sino en todos los ámbitos, entendía que por naturaleza las cosas eran como eran, pero si se enseñaran mejor las cosas, los Omegas no tendrían porqué tenerle miedo a los Alfas, ya que, se les enseñaría a penas se sabe que son Alfas a respetar a los Omegas y Betas , pero no, les dicen que son mejores y que los otros deben obedecer y ser protegidos porque son necesarios para la reproducción sobre todo los Omegas.

Al llegar a su salón vio que muchos de sus compañeros lo miraban, algunos Alfas de forma defensiva y algunos Omegas con caras de enamorados y/o interesados, por supuesto ignoró todo esto y se fue a sentar. Nunca se había interesado en nadie, él pensaba que algún día se iba a enamorar de alguien y esperaba que si esa persona le correspondía tuvieran una linda relación, lo romantizaba un poco pero no era estúpido, sabía que la realidad tiene altos y bajos y que eso le iba a pasar a él con quién sea que estuviera.

Suspiró para luego apoyar su cabeza en sus brazos que los usaba de almohada y se quedó dormido.

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Bueno primer capitulo, les mando un abrazo <3 

Revolución- TomTord (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora