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Tord miró su celular, vio que ya eran las 11 pm, ya era tarde.

– ¡Dios!, se pasó volando la hora son las once...-. Miró al Alfa que lo miraba sorprendido.

– ¿Tan rápido?, ya me tengo que ir...-. Bajó la vista un poco apenado el de ojos negros.

Hubo un silencio, ninguno de los dos quería separarse del otro, pero ya no eran niños como para ponerse a llorar porque su amigo se tenía que ir, así que Tom se levantó de la cama, Tord imitó la acción y ambos se acercaron a la puerta. El de cuernos iba a abrir la puerta pero se detuvo al ver que el mayor se había detenido también, estaban frente a frente hasta que el bajista habló.

– Me divertí bastante hoy... Umm...A la próxima, ¿te gustaría venir a mi departamento?, me gustaría que conocieras a Ska...-. Se rascó la nuca sonriendo nervioso.

El de cuernos pegó un respingón, no se esperaba esa invitación.

– Eh yo también me divertí, y ¿Ska?.-. Ladeó la cabeza el de ojos rojos.

– Mi perro... A diferencia mía le gusta estar con gente así que me dije ¿porqué no? ...¿Te gustaría conocerlo?-. Lo observó con cierto brillo en sus ojos.

– Me encantan los perros, así que si...-. Sonrió el menor.- Además lo voy a convertir en mi secuaz para que ambos te molestemos jaja.-. Rio con esto último.

– Entonces no me conviene que vayas, así que mejor que no...-. El bajista se giró hacia la puerta y la abrió, viendo de reojo la reacción del Omega.

– Yaaa, esta bien, no te molestaremos...-. Respondió Tord con los dedos cruzados detrás de su espalda.

Thomas sabía que el chico estaba cruzando los dedos y comenzó a reírse, volvió a mirarlo y le respondió.

– Vale "te creo".-. Hizo comillas con sus manos.- Avísame cuando puedas y te vengo a buscar ¿si?-. Sonrió, de nuevo el brillo en sus ojos se hizo presente.

–Si, por supuesto....-. El Omega sonrió y también ese brillo juguetón apareció en sus ojos rubí.

– Está decidido entonces, ahora si ya me voy, cuídate enano.-. Sonrió.

– ¡No soy tan enano!, tu eres el alto, yo soy promedio.-. Le sacó la lengua, para luego ambos reír por lo infantil de la reacción.

– Vale, vale como tu digas....-. Tom seguía riendo.

–Adiós poste, cuídate también...-. Le hizo un gesto con la mano.

Tom le devolvió el gesto y se fue de la habitación, Tord cerró la puerta, quedándose apoyado en esta, con una sonrisa de oreja a oreja, en muy poco tiempo sintió una conexión muy fuerte con el bajista. Increíblemente su lobo no se sentía triste, al parecer le había animado la idea de ir al hogar del mayor.

El de cuernos decidió ir a dormir, estaba muy cansado pero bastante contento, así que prefirió irse a dormir de esa manera, se puso el piyama, se fue a lavar los dientes y cayó en los brazos de Morfeo.

Thomas acababa de salir del campus, estaba muy contento, se sentía con mucha energía, exageradamente raro de su parte, ya que era una persona que se dedicaba la mayoría de su tiempo en dormir, bueno cuando podía obviamente, también se dio cuenta que le gustaba el olor de Tord, a menta y chocolate amargo, por lo general los Omegas tenían olores más dulzones pero habían algunos casos en que no y este era uno de esos.

Ensimismado en sus pensamientos llegó a su departamento, abrió la puerta y estaba Ska esperándolo moviendo su colita.

–Hey amigo, perdón por dejarte tanto tiempo solo.-. Cerró la puerta, se agachó y le abrazó.

Revolución- TomTord (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora