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Pasos tranquilos se escuchaban de parte de nuestros protagonistas, mientras sus dedos seguían entrelazados, era cálido, eso pensaba Tom mientras escuchaba al oji rubí contando una anécdota de cuando estaba en el colegio, ambos chicos sonreían, hasta que se encontraron con las puertas de la Universidad.

—¿Tan rápido llegamos?-. Dijo Tord con un puchero.

— La verdad es que sí... Bueno te dejo...eh...Gracias por acompañarme.-. Sonrió el bajista, aunque su lobo pedía a gritos que se llevara al Omega a su departamento.

— Si...-. El de cuernos dio una sonrisa triste.-. Nos vemos mañana y no te preocupes cuando quieras te acompaño de nuevo.-. Ahora había cambiado el semblante a uno feliz, quería como últimamente pasa quedarse con él pero andaba en celo y no quería molestar a Tom con sus feromonas.

— Nos vemos mañana entonces...¿Si?-. El Alfa se animó.

— Vale, hablamos por mensaje para ponernos de acuerdo.-. Sonrió el menor.

Thomas asintió y ambos se despidieron, tomando caminos diferentes.

Tord llegó a la residencia, saludo a las guardias, y subió a su habitación, al entrar dejó las llaves arriba de una mesita que tenía y se dejó caer arriba de la cama, agarró un cojín y comenzó a abrazarlo.

Sonreía estúpidamente, sus mofletes estaban de un color rosa.

— ¡aaaaah!-. Grito en la almohada.-. ¡Mañana lo tengo que ver si o si y pasado y de ese al otro día...!

Se separó del cojín y se sentó abruptamente, dándose cuenta de lo que había dicho, poniéndose más rojo y avergonzado.

— ¡Joder Tom!, no me hagas ponerme como un adolescente enamorado de película... Me estresa pero es que joder no lo puedo evitar...-. Se dijo para sí mismo.

Respiro profundamente, calmando su ser, se levantó y se fue a buscar algo para comer.

En ese mismo momento un Beta con colita y ojos ámbar caminaba por uno de los edificios de la Universidad, el chico había terminado recién de hacer un trabajo en grupo que era para el otro día. Bostezó y escuchó que alguien lo llamaba, al darse la vuelta para ver quién era vio a Paul acercarse.

— Hola, ¿qué haces aquí?-. Sonrió Patryck.

— Acabo de terminar unas clase que tuve de recuperación ya que el profesor había faltado y el desgraciado nos está haciendo quedarnos más horas para recuperarlas... Agh.-. Suspiró cansado el Omega.

— Jajajaja es increíble que siempre te pasen esas cosas, tu mala suerte a veces da miedo.-. Rio molestando al cejudo.

— Ja, ja ,ja si que chistoso... ¿Y tú?-.

— Yo acabo de terminar un trabajo que tenía que hacer en grupo, por fin me quité esa mierda de encima, era bastante tedioso.-. Bostezó con cansancio el de colita.

— ¿Estás muy cansado?, te iba a invitar a jugar videojuegos y pizza...-. Paul le sonrió de oreja a oreja a Pat.

— Por pizza, yo voy hasta marte así que vamos, además estás invitando así que, ¿qué mejor?-. Sonrió el Beta.

El Omega comenzó a reír y abrazo con un brazo los hombros del Beta y se dirigieron a la residencia del de cejas gruesas.

Thomas quién había llegado a su casa, estaba en el sillón abrazando a Ska, quien movía su cola feliz por los mimos que le estaba dando su dueño.

— ¿Quieres salir a pasear?-. El bajista le sonrió a su perrito.

Ska dio un salto y se fue a buscar su pelota favorita para entregarla a su dueño.

Tom se rio por la acción del perro y se levantó para ir a buscar las llaves.

— Vamos.-.

El canino no esperó ni un segundo y al ver la puerta abriéndose, salió dando saltitos por el pasillo del edificio. Tom caminó tranquilo mientras veía a su perro esperándolo en las escaleras, bajaron y se fueron a un pequeño parque que tenían al lado de su hogar.

El bajista, estaba pleno, mientras le lanzaba la pelota a Ska para que la fuera a buscar, recordaba a Tord, y comenzó a imaginar al chico a su lado jugando también, los tres juntos.

Una sonrisa un poco boba se asomó en su rostro, Ska volvía con la pelota en su hocico y se la entregaba a su dueño.

— Ska... ¿Te gustaría tener a alguien más aquí jugando con nosotros?-.

El perrito ladeo un poco la cabeza para luego ladrar y dar más saltitos y mover su cola.

— Jejeje... ¿Y si esa persona es Tord?-. Dijo un poco nervioso, se sentía como un papá soltero presentándole a su hijo una nueva pareja.

Y la verdad era estúpido, Ska era solo un perro, obviamente lo amaba pero no era un hijo.

El perrito comenzó a dar vueltas alrededor de Tom moviendo la cola con más ánimo y se paró en dos patas apoyándose en el Alfa mientras le lamía la cara.

—-Jaja, al parecer tengo tu aprobación.-. Ska volvió a su posición natural.

Thomas tenía su sonrisa y los mofletes tintados de rosado, suspiró y le lanzó la pelota de nuevo a Ska para que la fuera a buscar. Y así estuvieron jugando unos quince minutos hasta que ambos se cansaron y se devolvieron al departamento.

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Un abrazo enorme pa ustedes <3


Revolución- TomTord (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora