Camila O.
Cierro la puerta con cuidado a mis espaldas. Me quedo apoyada en esta mirando todo a mi alrededor.
Y solo hay algo que quiero decir
Qué hermoso lugar.
Hay en serio bastante iluminación y todo parece estar en orden. Como si alguien recientemente hubiese limpiado.
Y al acercarme a los sillones entiendo quién probablemente limpió. Ruggero.
Dejó su chaqueta aquí. Y según él, la perdió.
Que tonta que soy yo creyendo en sus mentiras.
Aunque bueno, considero esta como una mentira blanca. Pues, no me mentía como tal.
Me adentro a la sala, pretendo sentarme pero el librero llama mi atención. Hay álbumes de todos los países.
¿O eso es lo que yo creo?
Tomo uno abriéndolo despacio, y lo primero que cae de este, es una foto. Me agacho a recogerla.
Y entonces, veo a Karol sosteniendo un pastel y luciendo sonriente para la cámara. Me siento en el sillón, abro el álbum y comienzo a revisarlo.
La portada está adornada por el nombre del país que en este caso es Italia, y después de esto, hay muchas fotos de ellos juntos.
No entiendo la temática, pero hay muchos álbumes llenos y de diferentes países así que supongo que planeaban conocer el mundo o algo por el estilo.
Suspiro dejando todo en su lugar.
Voy hacia la cocina, abro la nevera y un nuevo suspiro brota de mis labios cuando noto que hay comida aquí.
Eso quiere decir que él viene seguido...
En el alacena hay galletas, dulces en general, harinas y demás. Así que quizá y hasta está viviendo aquí y yo como una estúpida creyendo que está viviendo en el edificio de Agustín.
Sigo las escaleras subiendo por estas.
Abro la primera puerta, es una habitación vacía, hay una cama solamente y nada más.
Quizá sea la habitación de invitados...
Sigo con la siguiente habitación, es la oficina de Ruggero. Y la puerta de enfrente es, por fin, lo que busco.
Me adentro a la habitación, cierro la puerta y suelto un pesado suspiro cuando veo el mural de fotos en la pared.
Este departamento está lleno de miel. Y eso no me está gustando.
Me adentro al baño, hay solamente un cepillo de dientes. Y a juzgar por el color, puedo jurar que Ruggero se está quedando aquí.
Maldita sea.
Me recojo el cabello mientras reviso el anaquel del baño comprobando que hay cosas suyas aquí. Sus cremas, el shampoo...
Santo Dios, él en serio se está quedando aquí.
Salgo del baño, camino hacia el armario y me adentro a este. Está dividido en dos.
Una parte está casi vacía, pero la otra está repleta de cosas... De Ruggero.
Sus camisas, su ropa en general, sus zapatos...
Dios, voy a llorar.
Escucho una puerta cerrarse, me sobresalto y de inmediato pienso en qué hacer pero ahora mismo estoy atrapada.
Mi mirada se centra en la puerta dentro del armario. Me acerco a esta y aunque intento abrirla, no funciona.
Nerviosa miro a todos lados, voy a llorar pero de la desesperación.
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Almas Que Si Son Gemelas
FanfictionLa vida es más sencilla cuando aceptas que no todos los príncipes azules aman a una sola princesa.