Cuando Valentina me llamó hace dos semanas, luciendo más feliz que nunca y llorando por quien sabe qué, jamás me imaginé esto.
Jamás imaginé que cuando volviera lo haría con la noticia así de fresca.
Se van a casar.
Y será tan pronto como puedan porque ninguno quiere seguir perdiendo el tiempo.
Increíble, ¿No?
Y por supuesto no me estoy muriendo de envidia.
Bueno, si me estoy muriendo de envidia pero por mi mejor amiga estoy disimulando.
Quiero que ella sea feliz en su día especial. Y si su día especial está a solo dos semanas, pues yo lo entiendo.
Y por supuesto voy a ser su madrina. Es mi sueño hecho realidad.
Es solo que las últimas tres semanas no he tenido tiempo para mí entre el trabajo y los preparativos de la boda.
Y eso que ni mi boda es.
Pero igual tengo muchas cosas que decir.
Agustín conoció a una chica. Y las cosas parecen ser serias.
Mike también, bueno, él en realidad se reencontró con Martina y las cosas ahora van mejor. Es solo que ni Valentina ni yo le hablamos.
Pero igual me alegro por ellos.
Y como Maxi está a dos semanas de casarse, puedo decir oficialmente que los amigos por fin lograron ser emocionalmente estables. Y eso es nuevo.
Ver a todos siento emocionalmente estables a la vez era algo imposible de conseguir hasta hace unos días.
Y ahora es un hecho.
Bueno, supongo que todos son emocionalmente estables. Ruggero también debe serlo desde donde sea que esté.
Espero que le esté yendo bien.
Ya se me pasó el enojo, ya puedo aceptar que él no tiene la culpa de querer seguir con su vida. Mientras yo me sigo aferrando a un amor que no existe.
Un amor que un día me hizo feliz y que ahora solo me genera conflicto por las grandes expectativas que generó.
Y bueno...
Estoy sentada en una mesa de mi cafetería con un montón de hojas en el escritorio y mi prima frente a mí.
Rosalie fue por mucho tiempo mi confidente. Y es que digamos que era la única que nunca hacía diferencias entre sus primos biológicos y yo.
Siempre me incluía en sus planes. Siempre jugaba conmigo. Siempre me hizo sentir en familia
Y le agradezco mucho por eso.
Así que cuando mi mamá me habló de lo necesitada que está de un trabajo, un foco se me encendió.
Estudió lo mismo que yo, es mayor, y tiene más responsabilidad porque ya es un adulto responsable.
¿Por qué no?
Lo hablé con mamá, ella está de acuerdo siempre y cuando yo me comprometa a estar presente aunque sea una vez al mes. Y por supuesto que lo haré.
Solo quiero abandonar lo que no es para mí y dejarlo en buenas manos.
Y nadie mejor que mi prima.
Si, que ella se haga cargo.
—En serio no sabes lo mucho que te agradezco. —me dice y le sonrío.— No te voy a fallar.
—Yo sé que no, papá te adoraba y sé que es por algo. —le entrego las carpetas.— Gracias en serio, ya estaba harta de vestir formal y asistir a reuniones que solo dan sueño.
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Almas Que Si Son Gemelas
FanfictionLa vida es más sencilla cuando aceptas que no todos los príncipes azules aman a una sola princesa.