-Hey, controla tus manos.
Escucho su risa, muerdo mi labio inferior mientras dejo que cuele sus manos debajo el suéter de mi pijama.
Son exactamente las dos de la mañana y acabamos de llegar al hotel después de celebrar el cumpleaños de mi amiga.
El chiste es que me bañé antes de ponerme la pijama e invité a Ruggero a dormir conmigo. Es que abandonamos el hotel porque el plan inicial siempre fue alquilar una casa.
Pero el pendejo de Agustín dió mal la fecha y apenas hace unas horas lo solucionó así que estamos ahora en la casa.
Es más cómodo para todos.
Y bueno, con la indeseable presencia de Jessica para Valentina y para mí, Ruggero no tiene habitación porque se la dió a Jessica.
Y yo estoy feliz con eso.
Muy feliz y cómoda.
El chiste es que estamos sentados en el sillón, me encuentro sentada a horcajadas en su regazo intentando reventarle el granito en su mentón.
Pero mientras me concentro en mi trabajo, él se abusa e intenta llevar sus manos más abajo de mi cintura.
Aunque ahora mismo las haya llevado debajo de mi suéter.
-¿Qué se supone que haremos mañana?
-No sé, no tengo ganas de moverme. -admito escondiendo mi rostro en su cuello.- Estoy cansada.
-¿Cansada de no hacer nada?
-Sonaste como mi mamá. -musito saliendo de mi escondite para mirarle.
Se ríe abrazándome con fuerza. Beso su mejilla.
No hemos hablado del beso. Pero es que no es necesario, creo que el que le haya invitado a dormir a mi habitación basta para deducir lo que quiero de él.
-¿Quieres dormir?
Besa mis párpados cerrados, asiento soltando un suspiro. Él se pone de pie conmigo entre sus brazos.
Y cuando siento la suavidad del colchón debajo de mi espalda, solo puedo sonreír más dormida que despierta.
Me cubre con las mantas, siento su beso en mi frente y después en mis labios. Y aunque intento, no puedo mantenerme despierta aunque sean dos segundos más.
Me quedo completamente dormida, y cuando despierto, son las diez de la mañana y Valentina no deja de tocar la puerta.
Me muevo abriendo los ojos. Y es ahí cuando noto que Ruggero no durmió conmigo.
Durmió en el sillón.
¿Es en serio?
Me bajo de la cama caminando hacia la puerta, la abro y casi quiero gritar al comprobar que no se trata de Valentina, es Jessica.
¿Y ahora qué quiere?
Su mirada va más allá de mi hombro y sé que la sonrisa que se le forma es gracias a que ve a Ruggero durmiendo en el sillón.
Carraspeo llamando su atención.
-¿Ya vienen a comer? -pregunta finalmente. Asiento.
-Bajamos en un momento.
Antes de que pueda responder cierro la puerta dejándola entreabierta. Si es que la cierro de golpe probablemente le golpee y no quiero dramas.
Me acerco al sillón y quitándole la almohada grito;
-¡Despierta ya!
-¡Mierda, Karol!
Masajea su cuello afectado por el golpe. Le miro.
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Almas Que Si Son Gemelas
FanfictionLa vida es más sencilla cuando aceptas que no todos los príncipes azules aman a una sola princesa.