Buscamos a las personas por consuelo o por ayuda cuando no nos queremos ahogar en el mar de la desesperación.
Lady.
Cuando era una niña siempre tenía pesadillas, no es algo que haya disminuido con el tiempo como se podrán imaginar. Cada vez que tenía pesadillas buscaba la habitación de mis padres para poder refugiarme en los brazos de uno de los dos, en ese entonces siempre estaba mi padre, él hacía que las pesadillas fueran solo eso; un mal sueño.
Pero cuando él falleció y mis pesadillas se tornaron más realistas y agresivas iba al mismo cuarto con la esperanza de encontrar a mi madre.
Siempre, cada vez que despertaba, entraba al cuarto de mi mamá para refugiarme en sus brazos, pero nunca la encontraba allí. Por años entre a esa habitación buscándola sin encontrar nada y seguiré haciéndolo por otros años más porque muy en el fondo la necesito.
No tendré la mejor relación con Evangeline, somos frívolas y chocantes una con la otra, pero a pesar de todo, diempre la sigo buscando cuando tengo una pesadilla.
Como hoy. Llevo buscándola por todo el hospital ya que en unas horas es la cirugía de Ester y tengo una absurda ansiedad de tener que hablar con Evangeline antes de todo. Solo necesito hablar con ella de algo que me carcome la cabeza desde que me enteré sobre el tumor de Ester y quiero... que ella me lo aclaré.
Después de preguntar y preguntar de una manera muy poco amable a todos los enfermeros de guardia que había por los pasillos sobre el paradero de Evangeline, me dijeron que se encontraba en el área quirúrgica.
Al llegar al área y encontrar la puerta de la habitación donde los doctores se cambiaban, tomé una gran bocanada de aire y abrí la puerta.
—¿Que no te enseñaron a tocar? —fue lo que me dijo la voz de mi madre al verme atravesar la puerta.
Me parezco tanto a ella.
—Me criaron para aplicar los modales con las personas que se lo merecen —decidí responder.
Estaba vestida con una bata y gorro de cirugía, un tapabocas y unos guantes de látex. Me miró con cara de pocos amigos y soltó un sonoro suspiro.
—Me pregunto quién te habrá criado de ese modo.
—Tú no, eso te lo aseguro.
Me volvió a mirar de una manera que no supe interpretar e ignoró mi comentario ordenando algunas cosas en un recipiente.
Era inevitable tratar de hablar de otro modo con ella. No quería tocar ese tema o empezar una discusión, pero mi cerebro estaba en mi contra y hace que suelte palabras antes de siquiera pensarlas.
Pero nunca me arrepentiría de decirle en su cara mil veces que ella no me crío, vengo por otros motivos, pero eso no quita el hecho de que siga dolida con sus acciones del pasado.
—Lady, ¿a qué viniste? Estoy ocupada —dijo después de un corto minuto de silencio.
Dudé por unos segundos en si decirle o no. Estaba... nerviosa por cómo sería su reacción o la mía, pero tenía que hacerlo sino me arrepentiría toda la vida.
—Necesito que saques a Ester de esa cirugía con vida, Evangeline —solté por fin.
Ella dedicó una mirada de cansancio y siguió ordenando.
—Lady, es mi trabajo, es mi deber como doctor...
—Eso mismo me dijiste cuando la vida de mi padre estaba en tus manos —la interrumpí—. ¿Y qué pasó después?
Su silencio me dió la respuesta.
—Me dijiste que estaría a salvó contigo, que confiara en tí, que tu deber como doctora era salvar vidas —hice una pausa—. Me prometiste que seguiría vivo, que tú harías que fuese así.
—Lady, no estaba en mis manos.
—No debiste prometerme nada si no sabías si lo ibas a cumplir.
De nuevo silencio. Un culposo y asfixiante silencio.
—Yo hice todo lo que pude —volteó a mirarme con sus ojos llenos de lágrimas—. Intenté salvarlo con todo lo que estuvo a mi alcance, pero el cáncer ya estaba muy avanzado. No pude hacer más —tomó una respiración profunda—. ¿Tú crees que no me duele su ida? Yo también perdí a mi marido, Lady, no fuiste la única que perdió algo, y el hecho de que siempre me eches la culpa de su muerte, como si yo tuviera alguna responsabilidad, me mata porque también siento que debí hacer más y no pude.
Desvíe la mirada a un punto en el vacío. Era cierto que creía que ella tenía alguna responsabilidad de su muerte por ser la doctora que lo atendió, pero ahora que la veo así, desesperada por que la entienda, vulnerable en ese sentido, creo que he sido una insufrible todos estos años al no pensar también en su dolor. Pero tenemos diferentes formas de manejarlo.
—Eso ya no importa —dije en un murmullo—. Ahora lo que importa es Ester.
La volví a mirar.
—Evangeline, nunca te he pedido nada, jamás en mi vida he querido algo tuyo, pero justamente hoy, justamente en esta cirugía te pido por favor que saques a Ester con vida. Te pido que evites que muera allí dentro, te pido que me ahorres el dolor de tener que aguantar otra pérdida. Más allá de tu deber como doctora, más allá de que sea tu trabajo. Te pido como hija... que no lo dejes morir.
En su semblante pude ver la sorpresa ante mis palabras. No se esperaba que le rogara de esa forma, ni siquiera yo sé de dónde salió todo eso, pero pude evitar que todas esas palabras salieran con tanta fluidez de mis labios.
—Me lo debes.
No obtuve respuesta alguna, de la nada se volvió y termino de acomodar las cosas en la dichosa bandeja. Tenía la esperanza de que hubiera escuchado mis palabras por una vez y haya llegado a un punto de su cabeza
Quizás a la parte maternal.Algo dentro de mí se relajó mucho más después de decirle todo eso a Evangeline, tenía esa ilusión de que ella acabaría con esta pesadilla interminable y que en algún momento quizás podamos mejorar nuestra relación. No lo sé, ya estoy diciendo estupideces.
Algo me decía que este día iba a ser largo, pero un mal presentimiento me surco el pecho haciendo que mi corazón latiera tan fuerte que me costara respirar.
Solo le rogaba al cielo que fuera un presentimiento y no un acontecimiento a futuro que marcara mi realidad.

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Remembranza
Teen FictionEra una vana esperanza la mía al pensar que todo lo bueno algún día iba a ser eterno. Era obvio que tenía que terminar. ¿Pero, por qué así? Habías sufrido tanto, no te dejabas querer por miedo a que un día desapareciera y terminaste desapareciendo t...