A los problemas del alma, la noche, la música o una buena compañía siempre será la solución.
Ester.
Mientras le acariciaba el cabello morado, Lady se estaba terminando su cigarro, acostada con la cabeza en mi regazo mirando el cielo que estaba carente de estrellas por las nubes que lo invadían.
Llevábamos en el techo un largo rato, subíamos aquí cuando ella no se quedaba a dormir, duramos horas y horas en el techo ya sea hablando o solo quedándonos callados en el silencio de la noche de vez en cuando, pero no lo hacíamos con tanta frecuencia.
—No sé ve nada —dijo mirando el cielo con el ceño fruncido mientras expulsaba el humo.
Me sigue pareciendo un gesto sumamente sexy.
Levanté la cabeza para mirar y efectivamente no había ni una estrella, ni siquiera se veía la luna por ningún lado y a estas horas siempre está en su punto más alto.
—Debe ser luna nueva —pensé en voz alta y ella se encogió de hombros.
Recosté la espalda la pared que había junto a la puerta y jugué con un mechón de cabello de Lady dándole vueltas entre mis dedos.
Estas semanas, sin más que la compañía de los dos, han sido increíbles y lo odio. Me cae mal que la esté pasando tan bien con la chica que tengo acostada en mi regazo porque me hace querer quedarme y es algo que no pasará.
Mi enfermedad ha empeorado, llegue a un acuerdo con la doctora y Sol para que no le dijeran nada a nadie al menos durante un mes, que sería el tiempo límite para que la doctora intente arreglar la situación con mi sangre. He estado haciendo todo al extremo y lo último que quedaba era seguir con la quimioterapia de consolidación seguida de un transplante de médula ósea alogénico con un donante compatible.
Ya consiguieron al donante que es compatible conmigo y en una semana me harán el transplante. Y jamás me he aferrado a nada, no pierdo esperanzas porque nunca la obtengo, pero está vez quiero que toda esta porquería valga la pena. No quiero despertar al día siguiente del transplante y que me digan que no sirvió de nada, porque me voy a mandar todo a la porquería.
—¿En qué tanto piensas? —Lady me preguntó sacándome de msi pensamientos.
Seguí mirando el mechón de cabello mientras le daba vueltas.
—En porqué te pintaste el cabello de morado y no de otro color —alegué intentando centrarme en la chica que hace mis días más fáciles.
Lady sonrió a la nada y le dió una calada a su cigarro.
—Estaba ebria y perdí una apuesta —dijo y de mi boca salió una risa de imprevisto, ella volteó a mirarme, con su sonrisa aún intacta—. Ni siquiera sabía de qué color me lo estaban pintando, lo supe al día siguiente cuando me miré en el espejo.
—¿Tú madre no te dijo nada? —pregunté, curioso por la respuesta.
Su sonrisa desapareció y le dió una última calada al cigarro antes tirar la colilla al suelo.
—La pregunta es: ¿qué no me dijo? —puso los ojos en blanco—. Me quitó el celular como por unos meses y me trajo al hospital. Ese siempre era su castigo ya que sabía que no me gustaban.
Me quedé pensando en las palabras que me dijo Evangeline hace unas semanas, como se refirió a ella con esa ternura y preocupación cuando me dijo el porqué no la quería cerca de mí.
![](https://img.wattpad.com/cover/303548925-288-k854477.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Remembranza
Teen FictionEra una vana esperanza la mía al pensar que todo lo bueno algún día iba a ser eterno. Era obvio que tenía que terminar. ¿Pero, por qué así? Habías sufrido tanto, no te dejabas querer por miedo a que un día desapareciera y terminaste desapareciendo t...