Prólogo

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El sol empezaba a ocultarse tras las montañas avisando que ya iba a ser el inicio de la noche, poniendo de colores las nubes y el cielo de un hermoso tono entre morado y rosa.

Ellos estaban en el techo, donde habían estado muchas veces, después de que los acontecimientos de hace unos momentos se dieran a cabo, un comentario de parte de la chica hizo que cierta parte de él se tambaleara un poco. El muchacho la miró con adoración después cierta confesión tan semejante que ella le hizo saber.

—Lo querías mucho, ¿no? —preguntó lo obvio, ya que la chica lo ha dado demostrar muchas veces.

Ella asintió dándole la última calada al cigarrillo que tenía en ese momento y botando la colilla le contestó:

—Él era el hombre de mi vida —dijo mirando el atardecer y el sol desaparecer por las montañas, esparciendo el humo lentamente en el aire—. Era una parte de mí, literalmente.

Miró sus manos y empezó a jugar con sus uñas dándole vueltas a algo en su cabeza. Había veces que se quedaba pensando mucho, tal vez demasiado.

—¿Lo extrañas mucho? —le preguntó él.

—Con cada célula de mi cuerpo —contestó, volviendo a mirar al horizonte—. Tanto, que se convirtió en una Remembranza.

El chico la miró, confundido.

—¿Una qué?

—Remenbranza —repitió la chica—. Es un suceso o hecho ocurrido en el pasado que ahora forma parte de mi memoria.

—O sea, un recuerdo —sugirió el chico un poco confundido.

Ella negó con la cabeza.

—No. Es algo mucho más profundo, más intenso, más duradero que un recuerdo. El recuerdo es algo pasajero, que viene y va de vez en cuando, en cambio una remembranza... perdura, es ese alguien o ese algo que es imposible de olvidar e inevitable de pensar porque se convirtió en una parte de tí. Una parte muy pequeña, pero importante.

El chico se quedó mirando las montañas con ella en silencio por un rato y de repente una sonrisa se deslizó en su rostro pálido que le fue difícil contener.

—Remembranza, ¿eh?

Ella sonrió al entender a lo que él se refería.

—Remembranza —repitió con una sonrisa, el significado arrebatándole un suspiro.

RemembranzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora