"No que no tronabas pistolita".

Capítulo 38

Si esta va a ser mi habitación en el futuro, tendrá que tener una vela o un candelabro, y además de la cama, habrá muebles y ropa.

Mientras reunía mi paciencia, me recordaba una y otra vez que era un adulto. No podía pelear como un niño.

Solo cuando la otra persona es genuinamente amable contigo puedes cometer ese error.

-Lo que quiero es...

Magnus levantó la barbilla y sonrió como si fuera a decir algo.

Si no sabía nada, es una sonrisa tan rápida que olvidé.

-Haz de mi habitación una habitación para que viva la gente. Además de la cama, encienda las luces aquí, junto con los muebles necesarios y traiga la ropa de la mansión.

-Eres codiciosa.

-Está bien preguntar si necesitas algo.

-Está bien, la próxima vez tendré que decirlo correctamente, uno a la vez.

Es una voz que siempre ha sido hablado cortésmente, sin embargo, no sabía que estaba sosteniendo una espada afilada en su interior. Deliberadamente me mantuve rígida y escuché.

-Pero, no puedo escuchar eso Ilyana.

«¿Qué? ¿Estás bromeando ahora?»

Apenas reprimí mi temperamento enojado, pero la respuesta que obtuve es absurda.

No sé cuál era la expresión de mi rostro, pero Magnus parecía bastante feliz.

-Porque aquí es donde te educo, y mi habitación es donde vivirás.

-... ¿Le ruego me disculpe?

-No puedes entrar o salir mientras estás en una relación, ¿verdad?

-No es una relación, así que creo que puedo estar tanto adentro como afuera.

Ante mis palabras, Magnus negó con la cabeza con una sonrisa.

Mantuve la boca cerrada, sabiendo que sin importar lo que dijera, él no me escucharía. Ilyana Glaine me dejó mucha mierda encima.

«¿Por qué sucedió esto en primer lugar?»

Solo he tocado el flujo de este mundo dos veces.

El primero fue para desintoxicar de la droga a Magnus que estaba tomando adjuntando a una persona con conocimientos, y el segundo fue ingresar al centro de entrenamiento del templo en el cuerpo de Ilyana Glaine durante dos años.

Aparte de eso, ni siquiera lo toqué, ya sea que fluya o no. Pero no podía creer que pudiera ser tan diferente.

Magnus, que debería haber matado a Ilyana Glaine, se vio obligado a mantenerme a su lado para luego tirarme al suelo, no entendía.

«Pensé que podría haber sido un poco agradable...»

Ni siquiera pensé que hubiera sido más venenoso. ¿Cómo puedo realmente estropearlo así?

De repente, se veía como un hombre que estaba lleno de pensamientos de venganza contra mí.

-Si lo entiendes, ¿vamos a mi habitación ahora?

-...

-Ilyana, por favor respóndeme. Hagamos de esta una segunda promesa entre tú y yo.

Así que está diciendo que es una orden, no una promesa. Una regla que debo seguir.

Si no cumplo mi promesa, es natural que me impongan sanciones, así que lo que podía decir estaba decidido.

-Sí, su Majestad.