Algunas veces, le dije que escogiera algunos libros, pero le dije que se los entregara al empleado con moderación porque temía que solo entregaría libros parciales por nada.-Si me mantienes como una bestia, nunca traicionaré a Lina.
Magnus agarró mi dedo índice, que yo había agarrado con ambas manos, y besó la punta de mi dedo.
Es bueno que haya progresado hasta ahora porque ya no se pone de rodillas y besa la parte superior de mis pies.
Es bueno, pero... Después de todo, esto es por orden.
Le han lavado el cerebro para saludar de rodillas, y la forma en que nos saludamos aún no ha cambiado.
Y creo que el hombre es más una especie de bestia que cualquier otra cosa.
No hay nada que hacer y no hay nada que pueda hacer sin soltar. Al final, todo se deberá a la elección de Magnus. Sé que todavía necesitamos más tiempo.
-Porque me convertiré en tu propia bestia que es más leal que un perro...
Hoy le iba a decir que no podré venir aquí en el futuro, pero no puedo decir que no podré venir por aquí.
Si dijera eso, las lágrimas caerían de esos hermosos ojos dorados.
-¿Te agrado Mag?
Lo miré en silencio y le pregunté. No creo que le haya preguntado esto antes. No hay nada mejor que una pregunta como esta para ayudarme a darme cuenta de la contradicción por mi misma.
-Sí. Lina me gusta.
Magnus respondió como si no tuviera nada en qué pensar. Fue reflexivo y muy rápido.
Se sentía como si acabara de escribir una respuesta en la máquina y la hizo aparecer cuando la toqué.
-¿Por qué?
-... ¿Qué?
-¿Por qué te gusto? Por favor dime por qué.
Magnus no respondió a mi pregunta, como si se hubiera quedado sin palabras.
Solo abrió y cerró la boca varias veces. El claro enfoque de Magnus se desvaneció lentamente de nuevo.
-Sí... por supuesto...
El sorprendido Magnus abrió los ojos como si no pudiera encontrar una respuesta.
Mis dedos que Magnus sostenía juntos encontraron la libertad. Dejó caer la mano y sacudió la cabeza.
-¿Por qué...?
Es una pregunta muy fácil, pero como si no entendiera la pregunta, Magnus me miró fijamente.
Levantó las manos, se agarró el pelo con fuerza y cerró los ojos.
-¿Por qué... Fue...?
Había una mirada de confusión.
Mira, es solo un lavado de cerebro. No había necesidad de preocuparse por el temblor o este extraño zumbido.
Lentamente bajé mis párpados y suspiré por dentro.
-Mag...
-...
-Mag...
Mientras alcé un poco más la voz y lo llamé, Magnus inclinó la cabeza y me miró con sus ojos perdidos.
Extendí la mano y coloqué mi palma sobre la mejilla de Magnus. Incluso levanté las comisuras de mis labios con la mayor naturalidad posible.
-Está bien.
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"No que no tronabas pistolita".
RomanceCapítulos diarios. Portada y sinopsis en la primera página.