Capítulo 16

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Algunas veces, le dije que escogiera algunos libros, pero le dije que se los entregara al empleado con moderación porque temía que solo entregaría libros parciales por nada.

-Si me mantienes como una bestia, nunca traicionaré a Lina.

Magnus agarró mi dedo índice, que yo había agarrado con ambas manos, y besó la punta de mi dedo.

Es bueno que haya progresado hasta ahora porque ya no se pone de rodillas y besa la parte superior de mis pies.

Es bueno, pero... Después de todo, esto es por orden.

Le han lavado el cerebro para saludar de rodillas, y la forma en que nos saludamos aún no ha cambiado.

Y creo que el hombre es más una especie de bestia que cualquier otra cosa.

No hay nada que hacer y no hay nada que pueda hacer sin soltar. Al final, todo se deberá a la elección de Magnus. Sé que todavía necesitamos más tiempo.

-Porque me convertiré en tu propia bestia que es más leal que un perro...

Hoy le iba a decir que no podré venir aquí en el futuro, pero no puedo decir que no podré venir por aquí.

Si dijera eso, las lágrimas caerían de esos hermosos ojos dorados.

-¿Te agrado Mag?

Lo miré en silencio y le pregunté. No creo que le haya preguntado esto antes. No hay nada mejor que una pregunta como esta para ayudarme a darme cuenta de la contradicción por mi misma.

-Sí. Lina me gusta.

Magnus respondió como si no tuviera nada en qué pensar. Fue reflexivo y muy rápido.

Se sentía como si acabara de escribir una respuesta en la máquina y la hizo aparecer cuando la toqué.

-¿Por qué?

-... ¿Qué?

-¿Por qué te gusto? Por favor dime por qué.

Magnus no respondió a mi pregunta, como si se hubiera quedado sin palabras.

Solo abrió y cerró la boca varias veces. El claro enfoque de Magnus se desvaneció lentamente de nuevo.

-Sí... por supuesto...

El sorprendido Magnus abrió los ojos como si no pudiera encontrar una respuesta.

Mis dedos que Magnus sostenía juntos encontraron la libertad. Dejó caer la mano y sacudió la cabeza.

-¿Por qué...?

Es una pregunta muy fácil, pero como si no entendiera la pregunta, Magnus me miró fijamente.

Levantó las manos, se agarró el pelo con fuerza y cerró los ojos.

-¿Por qué... Fue...?

Había una mirada de confusión.

Mira, es solo un lavado de cerebro. No había necesidad de preocuparse por el temblor o este extraño zumbido.

Lentamente bajé mis párpados y suspiré por dentro.

-Mag...

-...

-Mag...

Mientras alcé un poco más la voz y lo llamé, Magnus inclinó la cabeza y me miró con sus ojos perdidos.

Extendí la mano y coloqué mi palma sobre la mejilla de Magnus. Incluso levanté las comisuras de mis labios con la mayor naturalidad posible.

-Está bien.

"No que no tronabas pistolita".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora