Capitulo 42

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Su amabilidad ahora tiene sentido, ya que seré tan débil y espero apoyarme en él.

-Siempre permitiré que la criada pida lo que necesites. Si te sientes incómoda con la comida, por favor hazlo en tu habitación. Pero en lugar de comer sola, deberías comer más que ahora.

-...

Le escuché por un oído y salía por el otro, evitando el contacto visual.

Más bien pensé que me dejaría ir si estaba realmente flaca y a punto de morir, pero me pregunté si tenía la fuerza mental para soportarlo.

«¿Qué pasa si sigo corriendo de sueño en sueño?»

Parece que el oso de peluche puede esconderse en las sombras, pero yo no puedo hacerlo...

¿Cómo es posible que el Marqués Glaine no se ponga en contacto conmigo? Pensé que estabas tratando de ser un padre.

«No estás tratando de hacer un nuevo sucesor, ¿verdad?»

Zam: Tenle un poco mas de fé a tu feroz padre.

Por supuesto, esa cara atrapará a alguien más.

-Su Majestad.

Sus ojos se volvieron hacia mí ante mi llamada.

-No importa lo que haya pasado en el pasado, ¿es difícil enterrarlo?

-¿Qué quieres decir?

-Ahora eres un Emperador, y tienes a alguien a quien amas, y no tienes nada que perder. No sé por qué eliges la forma más molesta de castigarme si soy culpable.

La voz que había disminuido debido a que estuvo bloqueada durante mucho tiempo hizo que la atmósfera se volviera sombría.

Magnus no se enfadó por mis palabras. Ladeó la cabeza mientras me miraba de forma extraña.

-Eso es... -Magnus puso su mano en mi mejilla-. Porque te hará la más miserable.

Las palabras me cerraron la boca. Me preocupaba que pudiera poner una excusa porque mi memoria no estaba intacta.

Me limité a asentir sin contestar.

Los labios agrietados se rozaron con las yemas de sus dedos. Cuando agarré a Magnus por el hombro, me miró y le miré.

Incliné la cara para besar sus labios. Las pupilas dilatadas de Magnus se reflejaron en Ilyana Glaine, que no tenía ninguna expresión.

Introduje mi lengua entre sus labios y me moví torpemente.

Lo único que hice fue recorrer su boca, sin saber qué hacer con la lengua.

Cuando intenté atar mi lengua con él, Magnus movió la suya de acuerdo con mis movimientos.

En un instante me acostó, se subió encima y me acercó la lengua. Es mejor ser golpeado.

Empujó su lengua hacia el interior de mi garganta y despegó lentamente mis labios mientras dejaba su cuerpo a la sensación de desgarro con la boca abierta.

Al verlo exhalar por encima de mí, me limpié los labios con el dorso de la mano. Me escapé de él y me levanté.

-Dame permiso para ir a dar un paseo en la biblioteca, señor Mag.

-...

Permaneció en silencio durante mucho tiempo, con el rostro rígido. ¿Había algo que faltaba?

Me pregunté si era porque no me arrodillaba, así que intenté bajar el pie bajo la cama, pero me tiro del brazo.

"No que no tronabas pistolita".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora