Capítulo 67

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Su bajo vientre se volvió pesado sin darse cuenta de que sus párpados temblorosos estaban tensos. Dos emociones hervían constantemente dentro de él.

Pero Magnus ocultó hábilmente sus sentimientos. No le resultó difícil ocultar sus sentimientos.

Una cara sonriente llena de felicidad. Cada vez que la emoción que creaba y la sonrisa que dibujaba se encontraban, sus mejillas se sonrojaban.

Cuando era el dueño, sonreía brillantemente, y después de perder la memoria, se sonrojó.

Fue agradable ver esa cara que parecía, como si estuviera en problemas, y sonrió.

Pero contrariamente a lo esperado, abrió los ojos y estaba aterrorizada.

La expresión en el rostro sonriente de Magnus desapareció lentamente.

Luego, sorprendida, Ilyana levantó a la fuerza las comisuras de sus labios y finalmente bajó la cabeza.

—Ilyana.

Sus hombros temblaron. No importa cuán dulce pretendiera ser, no había ninguna sonrisa en su rostro.

Después de que Magnus se quedó en silencio por un momento, Ilyana sacudió la cabeza dolorosamente.

—Sí.

Llegó una respuesta impotente. Como si su voz no le fuera familiar, mantuvo el cuello bajo y miró hacia abajo.

Es como ver a una persona que será muy regañada si incluso hace contacto visual.

Sí, era... muy similar a los ojos de un sujeto mirando al emperador.

—Si dices que estarás a mi lado, no te haré sufrir más. Te pondré en el lugar más noble del mundo y te dejaré ver solo las cosas más felices.

—...

—Entonces, solo di una palabra, solo di que estarás a mi lado.

Magnus no pudo definir sus sentimientos, pero encontró un compromiso.

Si ella decía que no se iría, había muchas cosas que podía hacer para cerrar los ojos. No quería ser duro con la persona que prometía estar a su lado.

—Gemas, honores, cargos, personas, todo estará debajo de ti. Ilyana solo necesita estar a mi lado y mirarme.

—...

—Entonces te prometo que no te romperé más. Nunca sucederá nada como esto.

Amable y gentil, podía tratarla como ella quería si prometía que no se iría.

Siempre se escapaba y siempre lo abandonaba. 

Magnus tampoco quería ser abandonado nunca más.

—Ya no quiero que me abandonen.

Magnus hizo una voz débil. Tocó la parte más delicada de ella de una manera patética y lamentable.

Ha perdido la memoria y es débil, y no podrá abandonar fácilmente al pobre Magnus. Excepto cuando limpió la droga y se escapó.

—Te amo Ilyana.

Incluso con la retorcida confesión de amor, ella ya no respondió.

Magnus abrazó a Ilyana en sus brazos y le palmeó la espalda con ternura. Sonrió al sentir que su cuerpo dejaba de temblar.

—Después de ser abandonado por ti, cada día ha sido un infierno.

—...

~Si me lo prometes, Lina dominará el mundo —Magnus le susurró al oído sin parar.

"No que no tronabas pistolita".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora