Capítulo XV

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Hola a todos, acá un nuevo capítulo, y esta podría considerarse como ''la primera discusión'' algo en serio del matrimonio.

Es un capítulo algo nostálgico, y algo triste, aviso jeje.

Besos y abrazos.

Rhaenyra observó el rostro de su esposo, serio y preocupado. 

Ella ya sabía lo que ocurría. No había visto ese rostro desde que era pequeña, y él aún le avisaba que se tendría que ir.

- ¿Dónde? ¿Y por cuánto tiempo será esta vez? - preguntó ella dándose la vuelta sin querer mirarlo a la cara.

- Peldaños de piedra, no participaré en la batalla, solo veré que tan compleja es la situación, la flota Velaryon se involucrará y ellos ya no son nuestros aliados, la corona les prestará ayuda- dijo Daemon intentando explicarle que él no participaría de la batalla esta vez.

No ahora por lo menos. No cuando Corlys Velaryon lo atacaría a él también.

Esa batalla pertenecía a los Velaryon ahora, y ellos lo habían dejado claro.

Aun así, no quería dejar desprotegido el territorio. Lo había dejado desprotegido por muchos años, pero no se arrepentía de eso.

- ¿Por cuánto tiempo? - preguntó Rhaenyra en un tono duro que no demostrara cuán afectada estaba.

Aunque él lo sabía, él siempre lo sabía.

- Algunos meses, tal vez logre que sean solo algunas semanas- dijo Daemon y notó como ella salía molesta de la habitación.

- Rhaenyra- dijo él intentando alcanzarla.

- No tienes motivos para participar en esta batalla, solamente te vas porque lo único que te excita es la batalla- dijo ella mirándolo con los ojos brillantes.

- Ya no eres una niña, Rhaenyra- dijo Daemon tomándola con fuerza de un brazo, pero sin lastimarla- Ya no puedes detenerme mirándome así- dijo él y ella lo miró con dolor.

- No, no soy una niña, soy tu esposa, y me estás dejando nuevamente- dijo ella en medio del pasillo. 

- No te estoy dejando, Rhaenyra- dijo él mirándola a los ojos- Tengo que participar en esa batalla, peldaños de piedra estaba a mi cuidado- intentó explicar él.

- Y dijiste claramente que no te arrepentías de haberlos dejado, que se lo quedaran los Velaryon, eso fue exactamente lo que dijiste- dijo ella mirándolo a la cara.

- Los Velaryon, no la triarquía- dijo él y ella comprendía.

Ella realmente lo hacía, ella realmente comprendía que asegurar los peldaños de piedra era esencial para el reino. 

Pero ¿Y si él no regresaba?

¿Y si él estaba vez no volvía a casa?

Era el mejor guerrero de todo el reino, como muchos decían, el mejor estratega y el mejor jinete de dragón, sin embargo, incluso él podía morir.

- Rhaenyra- dijo él mirando a su esposa- Laenor vino a avisarme especialmente eso.

- Que vaya Laenor, que vaya la princesa Rhaenys ¿Por qué tú? ¿Por qué tú? ¿Por qué siempre te enfrascas en las batallas más innecesarias? - preguntó ella y él la miró ofendido.

- ¿Innecesarias? He asegurado este reino para tú padre por años, para que él pueda gobernar en paz, para que un territorio estratégico como los peldaños de piedra estuvieran a su disposición ¿Y él que hizo?Nada- dijo Daemon mirando a su esposa.

Daemon y Rhaenyra- Historias de una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora