Capítulo XXI

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Hola a todos acá un nuevo capítulo. Perdón por no poder responder a todos los comentarios jeje, besos y abrazos.

Rhaena y Baela fueron las primeras que despertaron encontrando a Rhaenyra y Daemon durmiendo cada uno en uno de los grandes sitiales del cuarto.

Se miraron y sintieron que su cabeza aún dolía un poco, pero se sentían mucho mejor que el día anterior. 

Se levantaron perezosamente y miraron a su padre que despertó al sentirlas cerca de él.

Daemon levantó la manta que estaba usando y les dijo que se acomodaran a su lado.

Ellas treparon rápidamente a ambos lados de su padre y se abrazaron a él. 

Daemon acarició los cabellos de sus hijas, y tocó sus frentes comprobando que ya no tenían fiebre.

Aemond se había puesto de pie buscando rápidamente su ropa para vestirse, no quería ser una carga otro día más.

- Aemond- dijo Rhaenyra despertando perezosamente pues hace pocas horas ella y Daemon se habían dormido. Habían cuidado a los niños todo el día y toda la noche- Aemond es muy temprano, ven acá- dijo Rhaenyra mirando a su hermano.

Aemond se acercó a ella nerviosamente y ella se destapó un poco para decirle que se recostara a su lado.

Aemond la miró nervioso, pero lo hizo recostándose al lado de su hermana.

- ¿Tienes fiebre? - preguntó Rhaenyra tocando la frente de su hermano- No, se te ha quitado, eso es bueno- dijo Rhaenyra tapando al muchacho.

- Estoy mejor- dijo Aemond mirando a su hermana sintiéndose realmente protegido entre sus brazos.

Rhaenyra lo acomodó entre sus brazos y cuando lo sintió quedarse dormido sonrió acariciando el cabello del niño preguntándose cuanto había sufrido ese niño en la fortaleza roja.

Miró de reojo a Daemon que estaba junto a Rhaena y Baela y sus miradas se conectaron. 

Ambos sonrieron de medio lado mientras miraban a los niños. Nunca se imaginaron así, Rhaenyra nunca espero estar abrazando a su hermano y cuidándolo sin embargo allí estaba.  Se quedaron un poco más así hasta que todos despertaron. 

Las doncellas se encargaron de preparar el baño para los niños y luego los niños estaban tomando el desayuno favorito de cada uno en la cocina. No estaban en el comedor principal porque era muy frío para los niños y la cocina era el mejor lugar.

Helaena estaba sentada al lado de Rhaenyra y Daemon mientras sonreían al ver a Jace y Baela siguiendo a la cocinera para agradecerle.

- Mis príncipes, no tienen nada que agradecer- decía la cocinera nerviosa cuando los niños la atraparon y la abrazaron con fuerza.

Aemond sonrió al ver la confianza que tenían los niños con las doncellas y las cocineras, en el palacio su madre ni siquiera lo dejaba conversar mucho con ellas, pero allí, ellas parecían ser parte de la familia.

En el palacio cuando estaba con su madre las doncellas no se les acercaban, y cuando estaba con Aegon ellas huían de Aegon porque el príncipe no perdía el tiempo en darles algún comentario coqueto.

Helaena y Rhaenyra disfrutaban de comer pastel y cunado Aemond también parecía feliz comiendo pastel Daemon rodó los ojos. Si, podía notar claramente que eran hermanos, los tres amaban el pastel y los dragones.

Rhaena abrazó a su padre y él sonrió. Lamentaba no haber estado tan cerca de Rhaena como lo había estado de Baela, pero poco a poco iba aprendiendo como acercarse a sus hijas.

Daemon y Rhaenyra- Historias de una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora