Capítulo XLIII

2.3K 190 178
                                    

Hola a todos! Acá un nuevo capítulo de esta historia, y esta vez con una trama que nadie esperaría.

También en este capítulo se darán cuenta de que falta Mysaria, es normal, no aparecerá porque no era necesaria para la trama por ahora jeje. Solo quería poner en el capi anterior que anda presente jaja. 

Los dejo invitados a comentar y votar jeje.

También los dejo invitados a leer mi nuevo libro de One-shots multiship de la casa del dragón jeje. Pueden encontrarlo bajo esta portada en mi perfil.

 Pueden encontrarlo bajo esta portada en mi perfil

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Besos y abrazos


El camino a Rocadragón demoró mucho más de lo que el rey Viserys o Jason Lannister recordaban.

Viserys insistió en seguir la caravana en carruaje en lugar de montar en Vermithor, porque sabía que Rhaenyra era muy capaz de matar a Jason Lannister en un descuido. 

Daemon solo los había acompañado la mitad del viaje, y luego había desaparecido en Caraxes en dirección de Desembarco del rey. 

Luego de tardar 5 días en un viaje que generalmente solo duraría a lo más una vuelta de luna, habían llegado a Rocadragón.

Al arribar a Rocadragón, con el ejército Lannister, Rhaenyra sonrió viendo el despliegue de tropas que escoltaban la entrada a Rocadragón.

Gran parte de la flota Velaryon encabezados por Lord Corlys y resguardados por Rhaenys en Meleys y Lucerys en Arrax.

Desde las ciudades libres, tropas venidas desde Pentos, Braavos, e incluso  las tropas rebeldes de Myrosh y Lys habían venido junto al príncipe Aemond. 

Jacaerys había volado en dirección norte para encontrar a las casas leales a sus padres que se encontraban mayoritariamente en dirección norte, con él habían galopado sin descanso hasta Rocadragón, abanderados de la casa Stark, la casa Tully, la casa Greyjoy y la casa Arryn-

Daemon estaba allí en Caraxes y una gran cantidad de capas doradas estaban junto a él que vestía los colores de su casa.

No solamente habían abanderados de grandes casas allí, sino que la propia gente había tomado espadas, picas, y cualquier arma que pudieran empuñar para pelear y habían marchado a las puertas de Rocadragón. Hombres, mujeres e incluso niños tenían empuñadas armas en sus manos, y estaban dispuestos a pelear por la amable princesa Helaena, cuya bondad y amabilidad era conocida en los consejos que se llevaban a cabo en Rocadragón.

Helaena no podía creer lo que veía ¿Todas esas personas estaban allí por ella?

Rhaenyra avanzó a su lado y le sonrió a su dulce hermana Helaena.

- No estás sola hermana, nunca lo estarás- dijo Rhaenyra tomando el brazo de su hermana y caminaron juntas hacia el interior de Rocadragón.

Aemond y Daemon caminaron tras ellas, mientras que el resto de la familia los siguió.

Daemon y Rhaenyra- Historias de una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora