Capítulo XXXVII

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¡Hola a todos! No sé cómo me convencieron de escribir esta locura, pero acá está el pedido jaja

Como ya saben fui lento esta semana porque me estoy dedicando por completo a la historia 

''Amor prohibido'' que escribo con mi amiga. Y a la que por cierto le sacaremos una versión Daemyra, ya que nos pidieron que hiciéramos la misma historia, pero con Daemyra como protagonistas.

Este capítulo no tiene pies ni cabeza, y es una completa locura jaja. 

Depende del punto de vista que lo vean, tiene escenas muy sangrientas, o cómicas si se toman todo con humor.

Sin más que decir, lean bajo su responsabilidad jeje.


Una gigantesca celebración se llevaba a cabo en Altojardín y la familia real completa había debido asistir.

La guardia real había partido pocos días antes rumbo a Altojardín, puesto que la familia real iría en sus dragones.

Como el rey y la reina seguían en Rocadragón, Rhaenyra miraba con advertencia a sus hijos y hermanos sobre no burlarse de la reina por lo aterrada que parecía.

- Basta todos ustedes- dijo Daemon haciendo respetar las palabras de su esposa pues ellos dos de cierta manera comprendían el miedo de la reina.

Los niños asintieron, pero siguieron riéndose entre ellos, pues no podían evitarlo, la reina habría preferido esconderse en los nidales de dragones a volar en un dragón con el rey y eso era exactamente lo que tendría que hacer ahora.

Rhaenyra no se sentía preocupada por Alicent en absoluto, pero comprendía su miedo, además una reina aterrorizada en una celebración en alto jardín, no era una buena idea desde luego.

- Padre- dijo Rhaenyra avanzando hacia su padre- Vermithor es un poco grande- dijo Rhaenyra mirando al gigantesco dragón

- Mejor aún, Alicent no tendrá miedo de caerse- dijo Viserys sonriendo y Daemon cerró los ojos.

Claramente su hermano no era un jinete de dragones nato. 

- Padre, creo que sería mejor si su majestad la reina, va conmigo en Syrax- dijo Rhaenyra y Alicent la miró como si fuera agua en un desierto.

Algunos podrían decir que Alicent habría sido capaz de declarar la paz para siempre a Rhaenyra, si ella la llevaba en su dragón y la salvaba de volar en Vermithor, que era casi tan grande como Vhagar, pero más aterrador.

Sin embargo, el rey quería volar con su esposa en un dragón, por lo que a pesar de la amabilidad de Rhaenyra, la reina tuvo que volar en Vermithor con el rey.

Para Rhaenyra, separarse de sus hijos menores era difícil, pero Joffrey y Aegon eran aún muy pequeños para ese tipo de celebraciones.

Aemond llevó a Baela y Rhaena con él en Vhagar, mientras que todos los demás volaron en sus respectivos dragones.

La familia real llegó a Alto Jardin entre aplausos y cierto terror por parte de los anfitriones.

Cuentan que la reina se desmayó al bajar de Vermithor, pero esos eran solo rumores.

La familia real ocupó los lugares correspondientes en la celebración, y los anfitriones tuvieron permitido sentarse en la mesa de la familia real.

Para Daemon y Rhaenyra no eran ajenos los intentos de los señores de las grandes casas que asistían a la celebración, las descaradas intenciones de comprometer a uno de sus hijos con los hijos de ellos.

Daemon y Rhaenyra- Historias de una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora